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Lita Cabellut: "El duende está donde hay entrega de cuerpo y alma a la belleza"

Nacida en Sariñena en 1961, es la pintora española más cotizada e internacional. Está exponiendo en la galería Art of the World de Houston (EE. UU.).

La artista Aragonesa Lita Cabellut.
La artista Aragonesa Lita Cabellut.
José Miguel Marco

Nuestra pintora más cotizada, Lita Cabellut (Sariñena, 1961), tiene pocos cuadros en museos españoles. Gitana, abandonada niña de la calle, su adopción la rescató del lumpen barcelonés. El destino le regaló calor familiar, confort burgués, educación y un futuro que una visita al Prado encaminó hacia la pintura. Estos días aciagos expone en la gallería Art of The World de Houston la serie ‘The colors that remain’. De Nueva York a Hong Kong, ‘celebrities’ y magnates se disputan sus formidables retratos. Vive y pinta en La Haya pero se dice «española hasta el tuétano». Quiere pintar como cantaba Camarón.

¿Transforma en belleza cuanto ve porque conoció muy pronto lo peor del género humano?

No creo que la necesidad vital de mi alma de esteta sea consecuencia de experiencias anteriores. El ojo estético está incorporado a nuestro ADN y algunos lo tenemos muy a flor de piel.

La vida, que se le torció de niña, ¿le ha dado más de lo que soñó?

Me ha sobrecargado de bendiciones y golpes de buena suerte. Nunca pensé que me colmaría de posibilidades. Ahora pienso que lo malo que me tocó es poquísimo comparado con lo que me ha regalado. Prefiero no esperar nada. Opto por vivirla día a día. Su generosidad es inmensa, aunque a veces nos cueste ver todo lo que está a nuestro alcance para, simplemente, hacerlo nuestro.

¿Tiene hoy mejor concepto del género humano?

Sí. Mi admiración no deja de crecer. Somos un género valiente. El mundo tiene muchas cuevas y corredores oscuros, y aún así coloreamos la superficie.

¿Es posible transformar en arte el dolor que genera la pandemia?

Sí. El arte, omnipresente, es la lengua de nuestra ética y el músculo de nuestra inteligencia. Forma parte de nosotros, pero debemos activarla y convertirla en algo cotidiano. Esforzarnos en ejercitarla; bailar, leer, recitarnos poemas, cantar, escuchar o tocar música. Espantaría de forma colectiva el miedo al futuro y nos acercaría a lo esencial, a lo fácil que es sentirte útil colectivamente.

¿Un cuadro es un libro de una sola página?

Es una pequeña historia. A veces es un poema, otras prosa. Algunos retratos son un libro difícil de terminar.

¿Ser gitana facilita su deseo de pintar con las entrañas, como cantaba Camarón?

El duende no tiene raza. Está presente donde hay entrega de cuerpo y alma a la belleza en todos sus aspectos.

¿Para pintar importa más el cerebro, el ojo, la mano o el corazón?

Todo. Es imposible trabajar solamente con sentimiento. El cerebro, al final, se convierte en el altavoz del corazón.

¿El talento es un regalo o se cultiva con mimo y esfuerzo?

Naces con un talento, pero debe crecer contigo. Sin disciplina y perseverancia, se atrofia y su afortunado dueño será un adulto alejado de él.

¿Pintó en el confinamiento?

Por fortuna, en Holanda ha sido más leve. No cambió mi ritmo de trabajo. El silencio ha aportado mucha paz. Me animaba oír el canto de los pájaros que han podido respirar más libertad.

Se siente española hasta el tuétano. ¿Más por estar fuera de España?

No. Me siento española porque es lo que soy.

¿Es optimista por encima de todo o más bien pesimista?

Muy optimista. En lo feo me gusta descubrir lo bello. En el problema me encanta ser parte de la solución. Me gusta el color, la luz.

¿El buen retratista muestra lo que el modelo quiere ocultar?

Totalmente. Quizá ni el modelo es consciente de lo que los otros ven. Somos también lo que los otros ven en tí, no solo lo que vemos en nosotros mismos.

¿Goya o Velázquez?

Goya.

Decidió ser pintora en el Prado. ¿Sueña con exponer allí?

Sí señor. Hasta el ultimo respiro soñaré en exponer mi alma en el lugar donde todo empezó.

Apenas hay diez pintoras del Prado y la primera exposición de una mujer en el museo tardó dos siglos ¿Lamentable machismo?

Sí. ¡Hay tantas buenas pintoras! Ojalá despertemos y reconozcamos la urgencia y la necesidad de hacer visible a la mujer como artista sin condiciones de género.

¿Por haber pintado qué cuadro daría un riñón?

Por ‘Dos viejos comiendo sopa’, de Goya.

Hay pocos cuadros suyos en museos españoles. ¿Difícil ser profeta en su tierra?

No podemos culpar a algo que no estaba presente ni se dejaba ver. Ahora estoy feliz y muy orgullosa de ser considerada como artista española entre mi gente. En varios museos españoles hay obra mía.

¿El éxito cambió su manera de ser y de vivir?

El éxito es cómodo, pero no te hace buen artista ni buena persona. Se tiene que valorar desde ese punto de vista, y teniendo presente que es un golpe de suerte.

¿Le debe algo al fracaso?

Nada. El fracaso es una invención que usamos como excusa para castigar la mente. Es una de las herramientas del sentimentalismo más peligroso.

¿Cuáles son hoy sus desafíos plásticos y personales?

En lo plástico salir de las casillas y transformar realidades. En lo personal acercarme a la verdad, hacer ejercicios de libertad.

¿Qué aconseja en estos duros tiempos?

Hacer ejercicios de autocorrección. Acercarse a la belleza por medio de pequeñas cosas como un poema, escuchar música.Intentar hacerla visible mediante esa sonrisa que siempre está ahí con nosotros.

¿Es más difícil ser buena madre o buena artista?

Ambas cosas tremendamente complicadas para mí. Ser justa, auténtica, responsable e implicada es difícil. Pero es un reto maravilloso.

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