literatura árabe. 'artes & letras'

El diario de insomnio y de huida de Mohamed Mrabet

'El limón', claves y atmósferas y personajes de una novela, angustiosa y profunda, de paisajes y silencios extraordinarios que sedujo a Paul Bowles

Mohamed Mraber y Paul Bowles.
Mohamed Mrabet y Paul Bowles en una foto de 1986.
Cherie Nutting.

Hay determinados momentos en que un niño ha de perder la inocencia para convertirse en una fiera. Las vidas difíciles fagocitan a sus protagonistas hasta convertirlos en monstruos al acecho. En objetos que mantienen la respiración bajo una intrépida fórmula matemática que les otorga movimientos que hacen claudicar su ingenuidad. De eso habla 'El limón' (Cabaret Voltaire), de la huida de un muchacho del seno paterno. Del dramatismo que incuba la infancia recostado sobre la filosofía lineal que recorre un niño mientras trata de entender un mundo destruido por la violencia y el abuso: “Por favor , Auicha, no me chilles. Por eso precisamente no estoy en casa con mi familia, para no tener que escuchar que nadie me chille”.

“Si hubiera hecho caso a mi padre, habría ocurrido exactamente igual. Si tu vida tiene que acabar mal, irá mal, hagas lo que hagas. No hay escapatoria posible. Si sigues vivo, tienes que continuar adelante y no importa si eres feliz o no”, escribe Mohamed Mrabet.

Abdeslam, Auicha y Bachir, los protagonistas de esta historia,  forman un triángulo inadecuado, pero literariamente deslumbrante. A su alrededor todo es violencia, deseo, maldad. Todos los rincones de la casa de Bachir, el maquiavélico y repulsivo anfitrión de nuestro pequeño prófugo, se ahogan por su desvergüenza, por sus escenas fuera de lugar, por sus gritos y por una pederastia perseverante y en ningún momento disimulada. Bachir acosa a Abdeslam con frases que taladran su carne a medio hacer: “Una de estas noches te vas a acostar en mi cama y vas a pasar la noche conmigo. Así que ve haciéndote rapidito a la idea. Si te llevo a la fuerza no te va a gustar ni un pelo. Será mejor que vengas por tu propio pie y entonces pasarás un buen rato”.

Van inoculando unas ganas de venganza que zarandean el estómago de este libro de esa forma en que la ballena blanca zarandeó al capitán Acab. Bachir es un ángulo de superficie podrida que atenta contra todos los hombres, mujeres o niños que le rodean. Es perverso, un sátiro que huele a sudor y a revancha y que acogerá a un desesperado Abdeslam en su inconsciente huida. Bachir es un lobo, pero su apetito insaciable chocará una y mil veces con la cordura de su pequeño huésped de doce años. 

Es sobrecogedora la disciplina emocional que despliega Abdeslam frente a la soledad que le infligen sus ganas de libertad. Se mueve en el marco de la desolación absoluta, sobre ese filo inmisericorde sobre el que se sostiene a veces el foco oscuro que alumbra a algunas familias. Absdelam huye y huye y mece su desesperación entre paseos y ganas de olvidar. Es un mártir sin laceraciones en la piel gracias a esa pausa extravagante y única con que Mrabet narra la desgracia. Hace que el dolor no pese sobre los renglones, pero que al mismo tiempo consigue que trascienda de manera contundente.

'El limón' es una novela, angustiosa y profunda, de paisajes y silencios extraordinarios, tanto que logra que la conjugación del dolor y la vida resulten hermosos y luminosos. Sin embargo, debe saber el lector, que contiene párrafos duros como piedras y extensos mapas en los que percibirá con una contundencia atroz las etapas que arrebata a los niños la violencia que les rodea: “Abdeslam, ¿no tienes ningún amigo con el que jugar?". 

Frunció el ceño antes de responder: "Ya no quiero jugar”

Mohamed Mraber y Paul Bowles.
Portadas de los libros de Mrabet en Cabaret Voltaire.
Cabaret Voltaire.

Abdeslam es un fugitivo que no quiere dormir porque sabe que la noche desea su muerte. Y se estira cuando cae el sol, y busca trabajos agotadores e inadecuados para engañar a la luna y encontrar territorios en los que sentirse a salvo, pero a la noche no la engaña nadie. Y cuando llegue la mañana la marginación volverá a gritar su nombre y la boca volverá a llenársele de hambre y la memoria revivirá el miedo, y sus bolsillos seguirán vacíos:

“Solo el pecado es gratis”.

Todo es violencia en el horizonte de Abdeslam, una violencia que va devorando a pequeños bocados su pureza y que pretende dejarle sin carne y sin porvenir. Sin embargo, Abdeslam es un muchacho paciente que sabrá sostener el muro que va construyendo su impotencia. Un arma de cuerpo blando, pero de entrañas poderosas que sabrá poner un punto y final trágico, visual y emocionante a esa tortura a que le somete su insospechada intemperie emocional.

A veces los débiles son los únicos capaces de construir la mortaja de los fuertes, ese hábito férreo e incómodo que los lanzará con fuerza hasta la misma boca del infierno.

Si pueden y lo desean lean 'El limón', bellísimo diario de insomnio, dolor y huida, porque es un juego intenso entre la obediencia y la justicia. Entre el abuso y la venganza, entre el estupor y la templanza. Un cuadro luminoso, exquisitamente transcrito del árabe dialectal por el gran Paul Bowles y traducido con exactitud por Alberto Mrteh, en el que las prostitutas se convierten en madres displicentes y la libertad arropa por fin a los que huyen. 

LA FICHA

'El limón'. Mohamed Mrabet. Transcripción del árabe dialectal de Paul bowles. Traducción de Alberto Mrteh. Cabaret Voltaire. Madrid, 2020. 277 páginas.

*Sonia Fides es poeta y novelista. Ejerce la crítica literaria en varios medios.

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