Ricardo Darín: "La verdad es el camino más corto pero no el más frecuentado"

El actor argentino protagoniza junto a Andrea Pietra 'Escenas de la vida conyugal', que se representa en el Palacio de Congresos de la Expo

Ricardo Darín, protagonista de 'Escenas de la vida conyugal'
Ricardo Darín, protagonista de 'Escenas de la vida conyugal'
Heraldo

Hace una veintena de años, cuando Ricardo Darín vivía un rutilante éxito cinematográfico, le preguntaron que cómo era que no se iba de Argentina. Su respuesta fue un flechazo de ingenio: "Alguien se tendrá que quedar". Hoy, una treintena de películas después, con una montaña de premios y nominaciones a sus espalda, sigue aferrado a su país natal. Ahora está de gira teatral por España con 'Escenas de la vida conyugal' y el 24 de noviembre regresará a su país. En Zaragoza la va a poner en escena un mes antes (Auditorio de la Expo, jueves, viernes y sábado, 20,30, entradas 30-55 euros). 

Representó por primera vez esta obra hace siete años. ¿Aún nota mariposas en el estómago? ¿No se siente ya cómodo?

Cómodo no es el término que utilizaría para describir cómo me siento. Yo ingreso en el escenario para encargarme de un trabajo duro, y durante una hora y cuarenta minutos vivo asomado al abismo. Ni Andrea (Andrea Pietra, su compañera de reparto) ni yo sabemos de qué se trata, ignoramos qué nos va a ocurrir. Esta obra te mantiene vivo y en estado de alerta de principio a fin. Bueno, todo el teatro de verdad es así. Para subirse a un escenario hay que estar en alerta permanente.

'Escenas de la vida conyugal' es un trabajo que Ingmar Bergman concibió como una miniserie de televisión. Pero la obra teatral tiene tonos distintos.

Es una comedia dramática. No se podría reproducir teatralmente una estructura tan férrea como la planteada por el director sueco. Está condensada. Luego es una obra atravesada por nuestra idiosincrasia latina, mediterránea. Eso le ha aportado un humor que hace que muchas cosas que están en el subsuelo salgan a flote.

¿Ahí está el secreto de por qué sigue funcionando la obra tantos años después de su estreno?

Es que no perderá vigencia jamás. Las relaciones humanas siempre han sido complejas y siempre lo serán. Las siete escenas en las que se desenvuelve la obra ponen sobre la mesa un muestrario de posibles situaciones a las que todos, en algún momento de la vida, podríamos enfrentarnos. Nos describen cómo es la naturaleza humana. Son conflictos eternos, perennes.

Su papel, Juan...

Es 'controversial'. Su actitud es un poco egoísta pero tiene una herramienta a su favor, que es la sinceridad...

Como puede verse en la cuarta escena de la obra. Todos los críticos alaban la interpretación que hace usted ahí.

Porque en ese momento de la obra el personaje muestra que la verdad es el camino más corto pero no es el más frecuentado. Él se planta ante su mujer y le cuenta una cosa que le ocurrió, la pone encima de la mesa y juntos deciden afrontarla.

Hay momentos dramáticos y momentos en los que el público se parte de risa. ¿Por qué conectan tan bien el humor argentino y el español?

Porque hay una corriente cultural que nos une por encima y por debajo del Atlántico. Y, además, yo creo que tiene mucho que ver con la ternura. Muchos de ustedes no saben el impacto que tuvo en nuestro país un humorista como Gila, la inocencia que atravesaba su trabajo nos hacía sentirnos identificados con él de inmediato. A argentinos y españoles nos gusta reírnos de cosas intrascendentes.

Se cumplen 20 años del rodaje de 'Nueve reinas'. Con su personaje, Marcos, usted ganó fama mundial. Y aún le envuelve el eco de esa interpretación...

La verdad es que la maestría del director, Fabián Bielinsky, nos regaló una obra inolvidable. Es una película que no envejece y, si lo hace, lo hace bien. No me puedo desprender de Marcos.

Usted es muy querido por el público, pero eso no lo da el cine. ¿O sí?

Me siento muy abrazado por la gente, la verdad. Y cada día que pasa, más. Yo creo que está relacionado con el modo en que yo enfrento mi trabajo, especialmente en el teatro. Yo vengo a poner mi cuerpo y mi alma sobre el escenario y, cuando acabo, siempre me quedo charlando en la calle con la gente que ha venido a la función. No siempre puedo hacerlo, hay veces que tengo que salir corriendo, pero me gusta charlar con el público. El teatro me acerca muchísimo a él.

¿Cuál es el secreto de un buen actor?

No lo sé. No sé si hay secretos ni atajos. Creo sobre todo en el trabajo y en tener una especie de sensibilidad estomacal para detectar las piezas, los trabajos, los papeles que pueden transformarte.

También habrá que nacer, ¿no?

Si alguien como yo dijera algo semejante podría parecer soberbio o pedante. Un actor es estudio, trabajo y perseverancia. Me gusta creer que es y seguirá siendo así. El hombre puede y debe trabajar buscando su destino.

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