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En la cuna de The Beatles con el grupo tinerfeño The Vinylos

En 2017, la banda canaria actuó en The Cavern, la bodega de Liverpool donde se forjó el mítico grupo. A mediados de mayo lo hicieron de nuevo por tercer año. Insólito

Sebastián, Sonia, Miguel y Antonio, en The Cavern. Es el único grupo español que toca allí por tercera vez consecutiva.
Sebastián, Sonia, Miguel y Antonio, en The Cavern. Es el único grupo español que toca allí por tercera vez consecutiva.
José Emilio López

La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante" (Paulo Coelho). Tenerife-Liverpool. The Vinylos van a jalonar un hito que hace sus vidas interesantes: van a tocar en la cuna de The Beatles, en The Cavern, invitados por el IPO, festival de grupos de todo el mundo seleccionados escrupulosamente por su organizador, David Bash. Los nervios se los comen, no ya por la experiencia, que por supuesto, sino también porque la guitarra y el bajo se quedan… en Madrid. Recuperados los instrumentos en Mánchester, y después de unas precipitadas carreras por el aeropuerto, como The Beatles huyendo de sus agresivos fans en ‘Qué noche la de aquel día’, a las diez de la noche están de nuevo en Liverpool. Tienen que cambiarse en el hotel, vestirse con una elegancia sixty que ellos cuidan mucho, trasladarse a The Cavern, pasar el ‘checkpoint’, llegar al camerino y a las once en punto estar en el escenario. Ni cenan. Están a punto de estallar como una bomba sin espoleta…

The Cavern abrió en enero de 1957 de la mano de un empresario, Alan Stytner, que había viajado a París y se había quedado fascinado con los clubs de jazz ubicados en viejos sótanos. En la céntrica y estrecha calle Matthew Street, en el número 10, dio con un viejo almacén subterráneo que, según la leyenda negra, había servido en el siglo XVIII como lugar de reclusión de los esclavos africanos en su criminal periplo hacia Estados Unidos. Luego sirvió de almacén de grano y alimentos y después de bodega. En la segunda Guerra Mundial hizo de refugio antiaéreo. Aquí se levantó The Cavern.

El 9 de febrero de 1961, The Beatles, tras sudar, machacarse y vérselas con gentes de malvivir en los clubes de Hamburgo, actúan por vez primera en él, después de insistir e insistir para que los contrataran. No les hacían caso. Desde aquella primera noche hasta el 3 de agosto de 1963, en que acabaron sus actuaciones allí, tocaron 292 veces.

The Vinylos son cuatro: Miguel, Sebastián, Antonio y Sonia. Los cuatro llegan a The Cavern, guitarras en mano y asmáticos perdidos por los nervios y el ajetreado viaje a Mánchester. Bajan a toda prisa la escalera forrada de ladrillo pintado de negro. Ahora es menos angosta que en su origen. No agobia, pero hay que sumergirse en el fondo de la tierra a cuatro pisos con sus descansillos correspondientes en los que se incrustan grandes letreros con el nombre de The Cavern en forma curvada cubriendo como un paraguas el nombre de la ciudad, Liverpool. "The most famous club in the world".

En las paredes saltan a sus ojos fotos enmarcadas en cristal de algunas leyendas que tocaron allí en tiempos pretéritos. No hay tiempo para degustar estos jugosos detalles que destilan gloria. El reloj apremia. Descienden hasta el último piso, giran a la izquierda..., y, ¡bumba!, se dan de bruces con el escenario incrustado en la mítica bóveda donde se forjaron The Beatles. No hay espacio mental ni para glorificaciones ni para pensamientos fetichistas. La prisa les obliga a correr al otro escenario más grande, el Live Lounge, pero el sobresalto emocional es impactante. ¡Están pisando la Altamira del Pop!

Dejan atrás una gran vitrina llena de ‘memorabilia’ y frente a ella un gran mural en relieve metálico con las caras del cuarteto. Llegan al escenario, hacen una prueba rápida y en minutos están en acción: éxito rotundo en un lugar icónico y demandado. El Cavern actual, rehecho por segunda vez, tiene un apretado calendario a lo largo del año, sin noche alguna en blanco de actuaciones. Muchos grupos pagan por tocar allí.

En el escenario original

Pero queda lo mejor: al día siguiente, The Vinylos tocan en el escenario original, el de toda la vida. ¡Por fin pisan el teatro de sus sueños! La sensación de verse enmarcados en la conocida bóveda de ladrillos con la pared trasera llena de pintadas con los nombres de los grupos que han pasado por allí, les llena de emoción. Sonia: "Subir allí, pisar donde pisaron todas aquellas leyendas, tener la misma visión que tuvieron, sentir todo eso, es indescriptible. El escenario está acordonado, no dejando subir a nadie, algo que se entiende, porque dado el fanatismo, son muchos los que se llevarían hasta los ladrillos…". Otro gran éxito. El público pide más. Dos bises, insólito.

Una vez fuera del escenario brindan mientras se les acercan aficionados para que les firmen discos o para hacerse fotos con ellos. Pasean ante la gran vitrina y las paredes con fotos y recuerdos de diversos grupos famosos que han pasado por The Cavern. Plenos de gozo suben las escaleras negras y ¡emergen a la realidad! Coelho les ha bendecido.

Esta experiencia se produjo en 2017. En 2018 se repitió y a mediados de mayo volvió a hacerlo. A este paso, tendrán llave propia de The Cavern.

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