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Brigitte Bardot “fue natural e hizo lo que quiso, sin buscar ser adalid de nada”

Matías Uribe reivindica en un libro la figura artística de la actriz francesa, que también destacó como cantante.

epa000281789 (FILES) File piture taken September 1966 in Scotland, Great Britiain, of French actress Brigitte Bardot. The French actress turned animal rights campaigner is celebrating her 70th birthday on September 28. EFE/epa/DALMAS FRANCE OUT FRANCE BRIGITTE BARDOT
Matías Uribe pretende luchar con su libro contra falsedades y estereotipos sobre Brigitte Bardot.
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Matías Uribe aborda la vida de Brigitte Bardot, figura clave de la historia del cine y, lo que es menos conocido en España, de la música. Presenta su libro (editado con Amazon) como la primera biografía en español dedicada al personaje.

El libro es algo más que una biografía, es una reivindicación.

Increíblemente, en España está olvidada, pese al revuelo planetario que originó y los numerosos rodajes que aquí hizo. Fue la primera ‘sex symbol’ femenina europea y eso fue un lastre que sepultó sus capacidades para el cine y la canción, que en España quedaron ignotas por una censura pacata y por una industria discográfica de oído torvo. Exactamente, eso es lo que pretende este libro: la reivindicación de su figura en España.

¿Cuánto ha jugado en contra de esta reivindicación la deriva de su imagen pública?

Yo no hablaría de deriva. Sobre ella se ha colocado el peso lepenista, pero no creo que, en absoluto, sea una lepenista pura sangre. En tiempos conoció a Le Pen padre, pero eso no le afectó para proclamarse antiultra. En 1961, la OAS, organización de extrema derecha, la extorsionó e intentó asesinarla, a lo que ella respondió que no quería vivir en un país nazi. La primera B. B., aun ya motivada por el animalismo, nada tiene que ver con la segunda.

El libro deja claro que B. B. ha vivido en rebeldía, pero también en la paradoja. Es considerada pionera del feminismo, pero está unida a la idea de mujer objeto.

Es que eso fue inevitable. Su cuerpo la llevó al cine, pero ¿cómo despojarse de él? ¿Cómo despojarse de la belleza de Rita Hayworth o Marilyn? Es como pedirle a un deportista que se despoje de su figura atlética. ¿Feminismo es no mostrar el cuerpo? Las viejas civilizaciones hicieron culto del cuerpo hasta que el cristianismo lo cercenó. ¿Volvemos otra vez al pasado? Brigitte mostró su cuerpo sin inhibición alguna, porque le gustaba, porque consideraba una hipocresía esconderlo y porque era una forma de vivir su feminidad y de distanciarse del viejo mundo. Nunca mercadeó con él. No es una paradoja sino una consecuencia de su forma de ser y de vivir.

Dijo que nunca luchó por la emancipación de la mujer. ¿Lo creía de verdad?

Totalmente. Nunca fue feminista proactiva ni le interesó. Hizo lo que quiso y lo que le vino en gana, sin pensar en convertirse en adalid de nada.

Fue sometida a maltrato por parte de su padre, de alguna de sus parejas, intentó suicidarse...

Su vida personal ha sido turbulenta, con dos abortos y cuatro intentos de suicidio. Aquí habría que dar la palabra a psicólogos y psiquiatras, pero, en mi opinión, todo tiene su origen en la infancia y la adolescencia, en la educación tan constrictiva y rígida que tuvo en una familia burguesa y conservadora a más no poder. Acción-reacción. Un acto reflejo de huida de aquel asfixiante ambiente.

Jane Fonda, quien como Bardott tuvo una relación con el director Roger Vadim (‘Y Dios creó a la mujer’)_se lamenta en un documental de que su vida se construyó en torno a sus parejas. ¿Lo mismo Bardot?

No. Los maridos dejaron obviamente sus marcas, pero ella encauzó su vida según sus latencias personales. Lo más sorprendente, y ahí sí existe una paradoja, es el aluvión de amantes brozas que le cayeron, desde el mismo Vadim a Gilbert Bécaud, Trintignant, Charrier, Sachs… La maltrataron, le pusieron los cuernos. No se entiende cómo una mujer que había roto el viejo atavismo de la mujer sumisa, que se erigió en símbolo primero del feminismo, aunque sin buscarlo, sin ser proactiva, pudo soportar todo aquel calvario.

La vida ‘escandalosa’ de B. B. recuerda a la de Ava Gardner. Rompe moldes y acumula los peores tópicos de la ‘mala mujer’.

Sí, pero eran dos personalidades muy distintas. Bardot era inteligente y, aunque no se crea, muy cultivada. Leía mucho y se codeó con Picasso, Dalí, Malraux, Giscard d’Estaigne, Godard, Manitas de Plata… Es otro de los clichés falsos sobre su vida.

Descubre episodios muy poco conocidos, como la relación de B. B. con España, muy diferente a la de Ava. La de Bardot fue más rural, hostil, casi brutal...

Era una mujer muy sencilla, enemiga de los lujos y sobre todo amante de la naturaleza. Cuando se enamoró de Trintignant, tras ‘Y Dios creó la mujer’, los dos se encerraron en una cabaña en pleno campo, sin luz y sin agua. A lo salvaje, pero colmados de felicidad. Lo de España fue tremendo… Que en Sevilla la acosara una muchedumbre con algunos hombres enseñándole el pene en erección…

Otra faceta poco conocida: la de cantante.

Otra ausencia atribuible a la indolencia española y su tendencia al chismorreo y la superficialidad, al cliché fácil, amén de una infame industria discográfica. Grabó 76 canciones en cuatro elepés y una veintena de epés y singles. Nada llegó hasta aquí hasta la época del cedé en que se editaron algunos recopilatorios. Una pena, pero en el canto también emitió luz propia. No es paradoja, es ignorancia.

B. B. podría representar en este momento muchas cosas de plenísima actualidad: ‘influencers’, feminismo, animalismo...

Rodó películas, cantó, tuvo maridos y amantes, mostró su cuerpo y huyó como de la peste de ‘paparazzis’ que le hicieron la vida imposible. Fue natural, hizo lo que ella quiso y a su modo. Otra en su lugar hubiera sido una diva a lo Sofía Loren. Lo curioso del caso es que todo aquello que hizo, y que hoy hace que sea una feminista ‘avant la lettre’, una ‘influencer’, la pionera de la ‘chanson’ pop que aún pervive en la misma Carla Bruni, una defensora de los animales e incluso la inventora de los nuevos postulados estéticos, lo hizo inconscientemente, sin ánimo de búsqueda o protesta, menos de cambiar el mundo, sino por pura inercia de ser ella misma.

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