XIII concurso relato breve de heraldo

El pulso de la ciudad

Interior of a public bus transport
Interior of a public bus transport
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Alguien muy voluminoso se sentó a mi lado. Miré de reojo. Era una señora con un abultado abrigo de piel. Su brazo rozaba el mío. Noté un golpeteo suave, rítmico. Casi imperceptible. Desaparecía si me apartaba levemente pero volvía a notarlo en cuanto nuestros abrigos se tocaban. Volví a mirar disimuladamente. De pronto, sentí un escalofrío. Comprendí de donde provenía el golpeteo. Un animal seguía latiendo en el abrigo de piel. Durante unos segundos permanecí atenta a ese latido, imaginando que su dueño tenía un hermoso pelaje color canela y que antes de reposar rendido junto a mi brazo había puesto su corazón a prueba en algún afilado paraje invernal… Esta idea me inquietó y me incliné hacia el otro lado. El latido dejó de sentirse. Sin embargo, un palpitar idéntico me sorprendió en el otro brazo, y allí sólo estaba la ventanilla. La señora del abrigo de piel color canela se levantó y se bajó. El autobús siguió palpitando hasta mi parada.

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