XIII concurso relato breve de heraldo
Así es la guerra
Fue un día como cualquier otro, salvo por una diferencia: no me acordé de ti para nada. Hasta que a las cinco, la hora de visita, me vino tu voz a la mente, y me lancé a las calles en dirección al geriátrico, mamá.
—Buenas tardes, señora, ¿es usted representante de artistas?
Eso dijiste al verme. Hace mucho que no me reconoces, ni me llamas hija, y yo solo veo en tus ojos como una tela de araña.
Poco después de mi llegada, entonas un aire alegre que me lleva a la infancia, a las cancioncillas que me dedicabas de niña. Todos aplauden y yo también, porque esa fuerza de tu voz no hay quien la mate, ni enfermedad ni nada.
Luego cantas Gracias a la vida, una canción tremenda, y yo lloro y río al mismo tiempo, madre. A veces pienso, ¿y si me sucede lo mismo? Nadie sabe qué hay a la vuelta.
—Muchas gracias, señores, muchas gracias —tus compañeros te aclaman mientras sonríes y haces saludo de artista.
Mamá, tú continúa, que tu canto es desafío: ¡en cada verso, una espada!
Lea todos los relatos que participan en el XIII Concurso de relato breve de Heraldo.