Por
  • Enrique Cebrián Zazurca

Fernando Ferreró

ferrero
El poeta Fernando Ferreró, decano de la poesía aragonesa.
Toni Galán

Hace unos días, los escritores José Luis Melero y Fernando Sanmartín -su actual editor- organizaron un cariñoso homenaje al poeta Fernando Ferreró, en torno a la amistad, a una mesa y a la lectura de sus poemas. Ferreró, nacido en Zaragoza en 1927, es el decano de los poetas aragoneses. Íntimo amigo de los Labordeta, fue asiduo de la mítica tertulia del Niké cuando su labor docente -desarrollada por aquellos años en Benicarló- se lo permitía. El Grupo del Niké constituyó una especie de excepción en la poesía española de mitad del siglo pasado -marcada sobre todo hasta entonces por la pugna literaria y política en torno a dos revistas, ‘Garcilaso’ y ‘Espadaña’- y Ferreró, de algún modo, fue la excepción a la excepción, siendo siempre el autor de una poesía muy personal y difícil de conectar con la del resto de los poetas del grupo. Una poesía ‘intelectual’ que ha ido virando -como vio el filólogo y poeta Julio del Pino en el estudio introductorio a su poesía completa- hacia una calidez más humana.

Una vez, hace tiempo, subí en un ascensor con Fernando Ferreró. Solo nos cruzamos un ‘holayadiós’. Pero el otro día muchos descubrimos que aquel hombre de casi noventa y dos años, el autor de aquellos versos herméticos, era -no siempre ocurre- un tipo con un gran sentido del humor y una bella persona. Mientras nos firmaba ejemplares de sus libros, Ferreró nos decía: "Yo, con que los leáis de vez en cuando, me siento satisfecho".

Enrique Cebrián Zazurca es profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Zaragoza

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