La última del domingo

José Mota: "El humor también es amor, abrazar sin ruborizarse"

José Sánchez Mota (Montiel, Ciudad Real, 1965) es humorista, actor y guionista. El próximo día 9 visita Zaragoza con la obra ‘Dos locos y yo’.

La oscuridad no perturba la sonrisa de José Mota.
La oscuridad no perturba la sonrisa de José Mota.
Fernando Pizarro

José Mota visita Zaragoza el próximo día 9 junto a Flo y Santiago Segura. Entre los tres, la mixtura ‘Dos tontos y yo’, en el Auditorio de Zaragoza.

¿Cómo José Mota por Zaragoza?

Venir a Zaragoza es algo muy especial para mí. Fui allí a hacer la mili en 1985 y conocí a Juan Muñoz, con el que luego formamos ‘Cruz y Raya’. El recuerdo todavía perdura.

Recuerde, recuerde, por favor.

Estaba destinado en Intendencia, en la carretera de Huesca. En el CIR (Centro de Instrucción y Reclutas) conocí a Juan, que ya era cabo. Poco a poco me fui introduciendo en la ciudad. Visitaba mucho ‘El Ángel Azul’, un garito muy interesante en Zaragoza capital.

Allí, entre el Coso y la calle de San Miguel...

Había una efervescencia especial en ese lugar. Me puse en contacto con gente maravillosa del espectáculo, como El Marqués, que falleció el año pasado. También, Francal, Javier Segarra…

¿También a Segarra...?

Buen tipo. También recuerdo la sala Cosmos, Ydra, Ambos Mundos… Siempre encontré allí un aroma difícil de hallar en otras ciudades de España.

El AVE, que tanto bueno trajo a Zaragoza, se llevó ese aroma.

¿Por qué?

El personal que viene de Madrid o Barcelona ya puede dormir en casa… Ya no necesitan pernoctar, ya no hay la misma vida de noche en Zaragoza.

No había caído... Es cierto. En cualquier caso, la evocación de mis primeras actuaciones en los locales de Residencial Paraíso... Los inicios nunca se olvidan...

Ese recluta en Zaragoza es hoy una referencia, un creador que ha aportado higiene al humor español despojándolo de la caspa pretérita. Es, incluso, un conductor de opinión.

Se puede contemplar el humor desde tantas perspectivas: vaselina entre la amargura, la forma de expresar el sufrimiento sin dolor...

¿También se puede construir desde el humor?

Claro. El humor es un arma de construcción masiva. El humor también es amor, es abrazar sin ruborizarse.

Entre sonrisa y sonrisa, se está refiriendo a temas de enjundia…

Pero siempre respetando, nunca hiriendo. El humor hiriente ni lo esgrimo ni lo defiendo.

Y la ironía, ¿también forma parte del humor?

Cuidado con la ironía: depende de quién la interprete.

Dicen que es propia de seres inteligentes…

Por supuesto. Por eso le decía…

¿El humorista también es un francotirador que denuncia las imperfecciones de la sociedad?

Desde la atalaya del humor se divisa el mundo. Si eres valiente y abres los ojos, desde luego.

Si el sentido común es el sexto sentido, ¿el sentido del humor es el séptimo?

Lo considero un sentido esencial, vital, tan importante como que no lo relegaría al séptimo lugar en relevancia.

Suele plasmar a los políticos del momento. ¿Cuál le cuesta más imitar? ¿En qué se fija de ellos?

El estudio que haga de ellos no es de la voz ni de otras características externas. Procuro ceñirme a la imagen que dejan en mi subconsciente.

Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias, Santiago Abascal… ¿A cuál se aproxima más en su interpretación?

Reconozco que me llegan más adentro políticos como Adolfo Suárez, Felipe González… Desde luego, el cocido tendría mucho más gusto, mejor sabor, con ellos que con los actuales líderes.

En medio de la crispación global, ¿qué persigue en Zaragoza junto a Flo y Santiago Segura?

Entre Krispin Klander, Torrente y La Vieja’l visillo, intentaremos pasar un rato agradable con el público, reflexionando desde el humor. Poner de acuerdo a la gente desde el sentido del humor sería fantástico. En momentos como el actual, no conviene olvidar mensajes como los de Miguel Gila: las dos Españas unidas desde el humor.

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