Un ramo de flores

José Ángel afirma que ha venido del futuro.
José Ángel afirma que ha venido del futuro.

Las imágenes captadas por las cámaras ocultas muestran que el camarero Julián se siente cada vez más embromado por José Ángel. Encima de que lo ha sorprendido llevándose una fiambrera llena de croquetas del bufé, el muy caradura le viene con el cuento de que es un viajero del tiempo procedente del futuro. Un futuro, afirma José Ángel, y esto ya es el colmo de lo inverosímil, en el que las croquetas ya no existen. Como a cualquiera le sabe fatal, no ya creer, sino sospechar que se es tenido por idiota, Julián estalla. Tira las croquetas al suelo y fuerza de la pechera a José Ángel a comer de las baldosas.

Justo entonces, José Ángel padece un espasmo y se desploma de bruces. Asustado, Julián voltea e incorpora el torso de José Ángel y le da unos cachetes en los mofletes con el fin de reanimarlo. Pero José Ángel no reacciona. Julián rompe a gimotear, balbuceando que él no quería, que él no quería. En ese dramático instante aparecen cuatro personas desde el fondo de la cocina donde transcurre la acción. Avanzan hacia la pareja y aplauden, mientras una voz femenina dice que ya está, que tranquilo, Julián, corazón. Al oír estas palabras, José Ángel resucita, se levanta, levanta con él a Julián y lo sostiene con un intenso abrazo. Julián, un pelele de mirada huera, no responde al afecto. Pese al tono confidencial que emplea entonces José Ángel, en el vídeo se puede escuchar decirle al oído a Julián que lo siente, que esto no le gusta, pero que un viajero del tiempo no se gana el sustento como quiere, sino como puede.

A continuación, mientras José Ángel da la espalda a la cámara y se marcha, hasta la fecha, para siempre, una de las dos muchachas de la comitiva, las mismas que aparecen en el inicio de la grabación, le entrega un ramo de flores a Julián, quien lo recoge como un autómata aturdido e inexpresivo. Finalmente, la otra joven le coloca a Julián una banda cruzada en la que pone, sobre fondo rojo y con letras doradas, ‘¡felicidades, Julián, te queremos!’.

jusoz@unizar.es