Una crisis llena de discos

De nuevo, la gran paradoja: la crisis se come los cimientos económicos pero la avalancha de discos otoñales es mareante

Prince, fecundamente otoñal: dos discos, como las setas.
Una crisis llena de discos

La industria musical está pulverizada, casi nadie compra discos... Y, sin embargo, la abundancia de álbumes que trae el otoño es propia de la temporada: como setas. ¿Alguien lo entiende? Debe entenderse, y puede ser fácil hasta explicarlo: ha cambiado el método de vender discos, ha crecido el archipiélago de pequeños sellos discográficos, se ha impuesto la autoedición… y, qué caray, no se es nadie sin un disco. Sigue siendo imperiosamente necesario atarse a la cadena con la que, desde tiempos inmemoriales, se enlazan los pasos al éxito. Lo que explica, un otoño más, la gozosa cantidad de álbumes que llenan la crisis, por muy paradójico que suene el aserto. 


Breve apunte de lo que ha llegado y está por llegar para centrarse... y para preparar el bolsillo o el disco duro. Ya están en danza los nuevos álbumes de Morrissey o Leonard Cohen, Robert Plant, Prince, U2, Lenny Kravitz, Marianne Faithfull… con visos más que prometedores. Lo más llamativo, que no sorprendente acostumbrados a sus volantazos, esa reaparición de Prince con dos discos al unísono. Aunque quien más sorprende, por cuestión biológica más que musical, es ese Cohen que con 80 años se niega a tirar la toalla. Dios le bendiga. En el planeta indie, mejor no detenerse, de momento, salvo peligro de ahogamiento. Mejor, esperar el oleaje. Algo que igual convendría hacer en el plano de las reediciones: abrumadoras o agobiantes, según se mire. Desde los insoslayables Beatles a The Who, Bowie, Springsteen, Harrison…, venga recopilatorios, remasterizaciones y opulentas cajas. La más gruesa, la del fallecido Steve Ray Vaughan que viene el próximo 28 con 12 discos. Lógico: en tiempos duros, las discográficas tienen que explotar al máximo sus pozos petrolíferos. Muchos rabian, algunos se tapan la nariz y otros dan saltos de alegría. C'est la vie. En lo nacional hay llamadas a la puerta de Manolo García, Enemigos, Serrat, Australian Blonde… y en lo aragonés, habrá que esperar unos meses más a Amaral, no así a Bigott o Mariano Casanova. Crisis, pero discos como setas otoñales.