Un boceto que alcanzó 17 metros y dos toneladas

El ilustrador zaragozano, David Guirao, ha sido el artífice de una de las fallas valencianas de mayor tamaño de 2014.

Una falla made in Aragón
Una falla made in Aragón

Llegada la media noche del miércoles, la falla 'Sueca-Literato Azorín', dibujada por el zaragozano David Guirao, ardía en la 'cremá' junto con otros 780 monumentos en la celebración de las Fallas 2014. El ilustrador, que participaba por segunda vez en esta festividad como creador ya que diseñó una falla infantil hace dos años, asegura que se trata de una de las mejores experiencias de su vida: "Realicé un boceto en un papel que luego pasó a medir 17 metros y a pesar 2 toneladas, es impresionante".


El dibujante, que explica que al principio sintió "algo de miedo", asegura que "como ilustrador es todo un premio y motiva muchísimo". Ha sido un proceso de todo un año, prácticamente desde que terminó la 'cremá' de 2013. "Primero me mandaron un dibujo con la idea principal, una sátira social con una metáfora con el chocolate. ¿Y quién descubrió el chocolate?, los mayas y los aztecas. De ahí la temática de la falla y el lema: 'La más dulce'", recuerda Guirao. "Seguramente ahora estarán pensando en la falla del año que viene", añade.


El proceso de creación de la falla fue a distancia entre Zaragoza y Valencia, aunque la comunicación era tan constante que "parecía que estuviéramos en el mismo despacho". Tras el primer esquema, que luego se convirtió en boceto, hubo muchos más, que poco a poco se transformaron en un prototipo en miniatura de la falla en plastilina, que a su vez pasó a una escultura de 90 centímetros, y, finamente, a un monumento de 17 metros de altura. "Al tratarse de una figura tan grande, el juego de equilibrios y composiciones fue fundamental", explica el ilustrador. "Cualquier golpe de viento podría haberlo estropeado todo", asevera.


Las creaciones de David se caracterizan por ser figuras humanas que juegan con la exageración de las extremidades y con unos colores muy llamativos, y que rompen los esquemas de la tradición fallera, caracterizada por colores pastel y más apagados. Los protagonistas de la falla eran prueba de esto: "El guerrero azteca tiene un gran torso y unos brazos enormes, y la chica presenta esta estructura justo a la inversa. Arriba del todo se encuentra el quetzal, con las alas abiertas", describe, al mismo tiempo que destaca cómo han respetado la idea principal respecto al resultado final. "En la falla se reconoce mi propio estilo y creo que hemos aportado algo diferente a la celebración".


Una vida corta, pero intensa


La Falla 'Sueca-Literato Azorín', denominada así por que se ubica en la confluencia de calles del mismo nombre, participaba en la categoría especial y fue una de las doce más grandes de esta edición. A pesar de su corta existencia, la ya extinta obra se hizo con el Premio de Calles Iluminadas. "Desde el principio sabes cuál va a ser el final de la obra, aunque eso no quita que te de un poco de pena", asegura.


El director y creador del proyecto ha sido José Lafarga, en palabras de Guirao, "uno de los más importantes y que cuenta con un enorme palmarés". Quienes han dado forma al dibujo y han permitido que ese boceto pase a ser una figura tridimensional, han sido los escultores Joan Coderch y Jaume Gil. Guirao ha destacado el trabajo en equipo y ha asegurado que en la creación han participado pintores, soldadores, ebanistas, carpinteros y dos operarios de grúa que han unido esfuerzos durante todo un año.