Cultura

Una "máquina eléctrica" para curar la sordera de Goya

Poco después de quedarse sordo, el pintor aragonés usó, sin éxito, "una máquina eléctrica" inventada por un físico alemán en el año 1663.

Ilustración de una máquina similar a la que utilizó Goya
Goya utilizó "el método más moderno de su época" para curar su sordera
MUSEO DEL PRADO

Poco después de quedarse sordo, Francisco de Goya utilizó "una máquina eléctrica" para intentar curar su dolencia. El aparato en cuestión era "el método más moderno" de la época y había sido fabricado, en el año 1663, por el físico alemán Otto von Guericke, y posteriormente desarrollado en toda Europa a lo largo del siglo XVIII.


El aparato en cuestión no le fue proporcionado al pintor aragonés por una persona cualquiera: el mismísimo rey Carlos IV, del que Goya era pintor de Cámara, pagó a través de la Real Hacienda el arregló de la "máquina eléctrica", ya que al genial artista se le rompió una pieza fundamental y el mecanismo dejó de funcionar. Además, el Rey mandó instalar el invento en el Real Laboratorio de Química para ponerlo a disposición de todo aquel que lo pudiera necesitar. 


Precisamente por esta avería -- en concreto se trató de un disco de vidrio -- conocemos hoy que el pintor aragonés trató de curar su sordera confiando en los avances científicos de su tiempo. 


Ha sido Gudrun Maurer, conservadora del Departamento de Pintura del siglo XVII y Goya del Museo Nacional del Prado, la persona que ha encontrado en el Archivo General de Palacio una carta escrita por un oficial de la Real Casa, y fechada el 18 de septiembre de 1794, en la que se solicita la reposición de la pieza mencionada al químico, físico y matemático Pierre François Chavaneau, de nacionalidad francesa pero afincado en España, donde desarrolló su carrera.


"Para tratar la sordera, se electrizaba el oído durante unos minutos a través de dos electrodos; uno de ellos se introducía en el conducto auditivo lesionado, que previamente se había llenado con agua salada, y el otro en el oído opuesto o en una zona próxima de la cabeza. Se consideraba que se había alcanzado el mayor efecto terapéutico cuando el paciente apreciaba una sensación gustativa en el borde lateral de la lengua, producida probablemente por el estímulo de la cuerda del tímpano", explica la conservadora del Museo del Prado.


La mejor técnica fracasó

Como la Historia ha revelado, la máquina no funcionó, porque Goya murió sordo en el año 1828. Según cita Maurer en su investigación, que ha titulado 'Goya, sordo, y la máquina eléctrica', "el carácter todavía experimental de esa nueva técnica y la falta de conocimiento de las causas de la enfermedad de Goya" podrían estar detrás del fracaso del tratamiento. 


La sordera del pintor de Fuendetodos estuvo detrás de su dimisión como director de Pintura de la Real Academia de San Fernando en el año 1797, recuerda la conservadora, que añade que en el año 1798 Goya envió una carta a su amigo Martín Zapater en la que le contaba que durante un paseo con el ministro Gaspar Melchor de Jovellanos tuvo que enseñarle a "hablarle con la mano".