7 lugares del mundo difíciles de visitar
Hay zonas a las que no se puede entrar por razones de seguridad, porque son áreas protegidas o porque son un peligro para las personas.
Viajar por el mundo es un placer. Descubrir otras culturas ayuda a abrir la mente a las personas que lo hacen, pero hay lugares a lo largo del planeta a los que no se puede acceder.
Isla de las serpientes
El nombre de esta remota zona de Brasil lo dice todo. Conocida también como isla da Queimada Grande, está en el océano atlántico. Su característico nombre viene porque tiene una concentración de cinco reptiles por cada metro cuadrado. El ejemplar más peligroso que habita en este paraje es la víbora cabeza de lanza dorada. Se encuentra solo a 150 kilómetros de la costa de Sao Pulo, pero a ella solo podrán acceder los científicos que justifiquen la visita y reciban el permiso del gobierno brasileño.
Tumba de Qin Shi Huang
Qin Shi Huang fue el emperador que logró unificar China hace 2.300 años. Falleció a los 39 años y su tumba es uno de los tesoros arqueológicos con más valor del mundo, pero se encuentra enterrado. Componen el mausoleo 8.000 guerreros de terracota a tamaño real y enterrados en trincheras forradas de ladrillo. Los expertos señalan que su exposición al exterior lo dañaría. Además, el historiador del siglo II Sima Qian dijo que la cámara funeraria estaba rodeada de ríos de mercurio.
Isla Sentinel del Norte
Esta isla fue famosa en 2018 por la muerte de un misionero estadounidense cuando se adentró en la isla. Se encuentra situada en la bahía de Bengala. Lo recibieron lanzándole flechas. Sus habitantes no han estado nunca en contacto con enfermedades por lo que el gobierno indio ha decidido no ponerse en contacto para no ponerles en peligro.
Archivos secretos del Vaticano
Se necesita una autorización especial para acceder a ellos y nunca pueden estar más de 60 personas a la vez. Dentro de ellos se guardan documentos que cuentan la historia de la humanidad desde hace cientos de años.
Cueva de Lascaux
Esta cueva se hizo famosa cuando en 1940 unos jóvenes descubrieron en ella unas pinturas rupestres. La Segunda Guerra Mundial la convirtió en un reclamo turístico, pero en 1963 la UNESCO la cerró al público, porque el monóxido de carbono, la humedad y la calcita la estaban dañando. Solo pueden entrar los conservacionistas y los investigadores.
Club 33
Se trata de un exclusivo restaurante en Disneland. Lo ideó Walt Disny en 1964 y en la actualidad tienen acceso a él 500 miembros. Su cuota de admisión son 25000 dólares y otros 10.000 como cantidad anual. Hay una lista de espera de 800 personas, se tarda una media de 14 años en ser aceptado y las mesas se deben reservar con un mes de antelación.
Habitación 39
Se le conoce también con los nombres de Bureau 39 y oficina 39. Se trata de la sede de un entramado empresarial secreto en Corea del Norte.