Villacinco

La palabra villacinco ha tenido significados diversos.

Hoy asociamos los villancicos a la Navidad.
Hoy asociamos los villancicos a la Navidad.
Tom Kalnins / Efe

Las palabras van perdiendo usos, como los otoños, hojas. Eso le ha ocurrido a la voz villancico que olvidó en el siglo XIX la acepción de ‘respuesta, dicho o excusa repetida’, empleada en la expresión ‘andar en villancicos’. A veces, no obstante, en lo más profundo del invierno todavía es posible reconocer el rastro de las hojas caídas en cada remolino de aire.

Así, tras la definición más común, en la actualidad, de villancico como ‘canción popular, a menudo de asunto religioso, que se canta en Navidad’, todavía pueden intuirse aquellas otras de ‘cancioncilla popular’ o ‘canción de villanos’ (de ahí su nombre) y ‘composición poética con estribillo’. De hecho, este villancico secular, generalmente profano, ha venido considerándose una manifestación de la lírica hispánica tradicional que, a partir del siglo XV, comenzó a cultivarse por escrito.

Y también se adivina, tras el actual villancico navideño, aquel villancico barroco, escrito en lengua romance (castellano, gallego, asturiano, aragonés…), que fue introducido en España en el siglo XVI para sustituir, en las fiestas religiosas, a los responsorios en latín. Los villancicos barrocos, que se publicaban en pliegos sueltos, perduraron, a duras penas, hasta el siglo XIX, cuando comenzaron a considerarse demasiado profanos y de mal gusto.

Tal vez, en Navidad, villancico sea una de las palabras más repetidas y tal vez el eco de todos los usos que ha tenido a través del tiempo pueda resonar en ella, como las hojas tras el viento.

María Pilar Benítez es profesora y escritora