Pareles versus Ross

Las grabaciones de Bob Dylan nunca dejan de deparar sorpresas a su seguidores.

Concierto de Bob Dylan en Zaragoza en 1995.
Concierto de Bob Dylan en Zaragoza en 1995.
HERALDO

Acaban de publicarse las sesiones de grabación de un gran disco de Bob Dylan, ‘Blood on the Tracks’, de 1975. El título se suele traducir como ‘sangre en las huellas’, lo cual representa bien el tema central de la obra, el abandono por desamor, pero renuncia al doble sentido original, ya que también se llama ‘track’ a cada canción de un disco, igual que se dice ‘corte’ en el argot español.

El mayor interés de esta reciente entrega, concebida para sacarles los cuartos a los fans, reside en las versiones con buen sonido de cinco canciones que se quedaron inéditas porque Dylan decidió volverlas a grabar en el último momento, para ofrecerlas más marcadamente rítmicas e instrumentadas. Como las cubiertas del disco ya estaban hechas, en los créditos figuraron los músicos de la primera fase de grabación, celebrada en Nueva York, pero no los de la segunda, cuando se reinterpretaron las canciones mencionadas, que fue en Mineápolis.

Las valoraciones de la crítica especializada están entre dos polos. Así, Jon Pareles, de ‘The New York Times’, es un insigne defensor de las versiones publicadas en 1975. Y con él polemiza Alex Ross, experto musical de ‘The New Yorker’ y autor del libro ‘Escucha esto’, para quien las interpretaciones entonces descartadas expresan mejor el desgarro por desamor que explora la obra. Personalmente, estoy más cerca de Pareles que de Ross. No puedo renunciar al sonido que me ha acompañado durante décadas. Al mismo tiempo, admito que escuchar ‘Idiot Wind’ en la versión que no conocía ha sido muy revelador. Hasta puede que me quede cuerda para seguir con esto otro día.

jusoz@unizar.es