Meditación en el Pignatelli

La enseñanza de la lengua es una materia básica para la formación de los futuros ciudadanos. Con la plataforma Enclave, la RAE quiere contribuir a ella.

Los ficheros del Diccionario en la Real Academia Española.
Los ficheros del Diccionario en la Real Academia Española.
José Miguel Marco

En el día primero de octubre tuvimos el honor de asistir a un acto emocionante en la Sala de la Corona de la DGA en el edificio Pignatelli. Se trataba de la presentación de la plataforma lingüística Enclave de la Real Academia Española a los responsables aragoneses de los departamentos de Lengua y de Literatura, encabezados por el presidente de la Comunidad don Javier Lambán y por la consejera de Educación, Cultura y Deporte, doña María Teresa Pérez Esteban. Acudíamos los académicos aragoneses, presididos por nuestra secretaria, doña Aurora Egido, aragonesa ‘honoris causa’. El Gobierno de Aragón es el primero, junto con el de Castilla-La Mancha, que ha vuelto al seno de la Fundación pro-RAE y el primero en solitario que ha firmado el convenio para el uso de la plataforma digital Enclave en su sistema educativo.

Para mí, asistir a un acto en la Sala de la Corona me llena de recuerdos agradecidos hacia a Aragón y a su Gobierno. Mis primeros recuerdos de este lugar, denominado entonces Hogar Pignatelli, corresponden a la casa donde vivían algunos de mis compañeros en el Instituto Goya de la plaza de la Magdalena. Mucho después llegué al conocimiento de la figura de Ramón Pignatelli y Moncayo por la obra del Canal Imperial y, posteriormente, por su labor en la Real Casa de la Misericordia de Zaragoza, un ejemplo magnífico de la tarea de los ilustrados aragoneses volcados en la formación de los jóvenes.

Al contemplar al conjunto de los profesores que llenaban la Sala de la Corona tuve un sentimiento de honda satisfacción: de la soledad del Instituto Goya y del Miguel Servet de los tristes años cuarenta, hoy hemos pasado a que en Aragón se pueda llenar un salón solo con los jefes de los departamentos de Lengua y Literatura. Hay que repetir constantemente la defensa de la enseñanza como elemento fundamental en la transformación de una sociedad y de la enseñanza de las materias de Humanidades, como herramientas básicas para la formación de todos los ciudadanos futuros. El creador del informe PISA ha insistido en estos días en la necesidad de enseñar lo relevante y, en estas páginas de HERALDO, David Serrano-Dolader subrayaba la necesidad de que los alumnos aprendan a leer comprendiendo lo que leen.

Fernando Lázaro Carreter analiza en su tesis el nacimiento de las relaciones entre la labor académica y la enseñanza práctica. El año mágico de 1780, edición del Quijote de Ibarra y publicación del primer Diccionario académico en único volumen, el rey Carlos III dispuso que «en todas las escuelas del Reino» se enseñase «a los niños su lengua nativa por la gramática que ha compuesto y publicado la Real Academia de la Lengua, previniendo que a ninguno se admita a estudiar latinidad sin que conste antes estar bien instruido en la gramática española». Con esta disposición legal queda establecido el carácter oficial de la Gramática publicada por la RAE en 1771. Desde entonces, con diferentes principios teóricos en la relación, las obras académicas han estado en contacto con la enseñanza oficial

La labor digital de la RAE aparece con toda su fuerza en el caso de la plataforma Enclave, conjunto de recursos para la enseñanza en distintas dimensiones y con posibles objetivos en el futuro. El curioso lector hará muy bien en entrar en la página de la RAE y detenerse en las múltiples posibilidades de conocimientos que la plataforma ofrece. La plataforma supone la transformación de los conocimientos estáticos, a la manera tradicional, en los conocimientos dinámicos que los medios tecnológicos actuales ponen al alcance de los usuarios, añadido todo ello a las posibilidades de comunicación que presentan teléfonos y tabletas digitales. Enclave es sin duda el mejor conjunto de recursos que aparecen para las mentes inquietas de los profesores a la hora de enseñar el uso de la lengua en sus dimensiones orales y escritas, a la manera humanística, como supo recuperar en sus palabras de presentación nuestra compañera Aurora Egido.

Solo me queda recordar mi agradecimiento de todo corazón al Gobierno de la Comunidad, y a nuestros profesores, que me han permitido revivir y recordar vivencias pasadas y presentes.