Las primeras escenas de una vida de película

El director madrileño David Murillo, que ha residido varios años en Zaragoza, fue galardonado en el festival Ecozine por su cortometraje ‘Credit 1’.

El director David Murillo y el cartel de su corto 'Credit 1'.
El director David Murillo y el cartel de su corto 'Credit 1'.
David Murillo

Cualquier camino es bueno si no se sabe a dónde se va. Y una de las claves para encontrar el idóneo es tener claro el destino. Es el caso de David Murillo, un joven director madrileño que ni siquiera ha alcanzado la edad adulta, pero tiene más que claras sus metas. Él es la prueba de que no es necesario ser un cineasta experimentado ni contar con un vasto bagaje filmográfico para abordar temáticas controvertidas, como lo son la religión o el hastío que provoca la rutina. Esta última es la semilla de la que brota su trabajo ‘Credit 1’, que fue distinguido el mes pasado en el Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente de Zaragoza, Ecozine, en la categoría de mejor Corto Internacional de mayores de 12 años.

Lo que empezó como una afición se convirtió enseguida en una ilusión profesional. El poder vivir de hacer lo que más le gusta, "hacer películas", es el "verdadero sueño" de Murillo, humilde en sus palabras. Minucioso a la hora de contemplar cine, profesa especial devoción por Tarantino, Scorsese o, en España, Almodóvar o De la Iglesia.

El realizador vive desde hace cinco años en Viña del Mar, una turística ciudad de la costa chilena. Sin embargo, su arrojo –y el soporte económico de su familia– le permitió embarcarse el año pasado en su primera aventura cinematográfica: la New York Film Academy. En ella rodó varios trabajos, pero, en su opinión, ‘Credit 1’ –ideado tras su paso por esa institución– es el primero que verdaderamente posee su sello. "Pude trabajar de forma más independiente. Diría que es el primero que realmente hice yo".

El valor de lo que tenemos

"No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". Esa es la frase que sobrevuela ‘Credit 1’, un corto que aborda la vida rutinaria, el cómo avanza sin percibir la importancia de ciertas cosas que se dan por hechas. Decidió cristalizar esa idea en la importancia del agua, dados los vínculos laborales de su padre, quien estuvo trabajando en la Expo en Zaragoza.

Murillo no tenía afán de presentarlo a ningún festival, pero su entorno le insistió. Los reconocimientos no tardaron: primer puesto en Ecozine y tercero en el Independiente de Washington para jóvenes directores y en el de Sylhet, en Bangladés. ‘Credit 1’ ha sido presentado ya en ocho certámenes por todo el mundo.

Prefiere ir "paso a paso"

Si bien es cierto que las nuevas tecnologías salpican de oportunidades ámbitos antes casi inaccesibles, como el cine, son pocos los que llegan a triunfar. "Es un entorno competitivo, todo el mundo hace de todo. Yo prefiero ir paso a paso, no saturarme. Acabo de empezar", dice.

Sin prisa, pero sin pausa. Murillo está trabajando ya en un nuevo cortometraje, ‘20.29’, que desgrana la historia de un cura al que le entran dudas acerca de sus creencias. El director juega con la polisemia en el título, que ilustrauna hora clave en el desarrollo de la acción y un pasaje bíblico. ¿Su sueño? Acabarlo de la mejor manera y estudiar cine en Estados Unidos el año que viene. Metas claras para un director que comienza lo que puede llegar a convertirse en una vida de película.

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