Concha Velasco anuncia y después desmiente su despedida de los escenarios

La actriz afirma en una rueda de prensa en Valladolid que "se corta la coleta", pero horas más tarde asegura que se la ha malinterpretado.

La actriz Concha Velasco, que después de la reciente y exitosa gira con 'Reina Juana', afronta ahora 'El funeral'.
La actriz Concha Velasco, que después de la reciente y exitosa gira con 'Reina Juana', afronta ahora 'El funeral'.
Efe

La actriz Concha Velasco ha desmentido este miércoles que pretenda decir adiós a los escenarios con la obra 'El funeral', dirigida por su hijo Manuel M. Velasco y que estrena este viernes en Valladolid. "No me voy a retirar en la vida", ha afirmado. Horas antes, sin embargo, durante la presentación de la obra, la veterana intérprete había insinuado que esta comedia sería su último trabajo como actriz. "El funeral' es una obra con la que yo pienso que me voy a despedir", había asegurado Velasco.

Palabras que ha enmendado horas después. "O no he sabido decirlo bien o no lo han sabido interpretar", ha explicado aludiendo a su personaje fantasmal en la obra, donde comparte escenario con el actor Antonio Resines.

Según Velasco, de 78 años y más de seis décadas de trayectoria, durante la presentación de 'El funeral' quiso expresar que le gustaría poder representar la obra más allá de los dos años previstos de inicio. "Esta función es maravillosa, y tenemos dos años de gira, pero me gustaría que tuviera tanto éxito como para terminar con ella mi trabajo", ha aclarado.

"Me ha llamado hasta mi familia para preguntarme si me había pasado algo", ha revelado la intérprete vallisoletana tras la repercusión que había tenido su supuesta retirada. "Tengo 78 años, y he firmado para representar esta función hasta los 80, entonces a lo mejor me lo planteo", ha sentenciado.

Velasco vuelve a Valladolid no solo para estrenar este montaje, sino para recibir también, este sábado, la Medalla de Oro de la Ciudad, reconocimiento aprobado por unanimidad en el Ayuntamiento. "Cuando me lo comunicaron, lo primero que hice fue leer las personas que lo habían recibido antes. Y me encontré con que lo tienen los Bomberos, los Donantes de Sangre... '¡Vaya! ¡Me han convertido en una institución!', pensé. Pero me siento muy feliz, muy orgullosa. Tener la Medalla de Oro quiere decir que he hecho algo por esta ciudad, aunque para mí es más importante lo que la ciudad ha hecho por mí: quereme, amarme y respetarme".

Y es que el 9 de noviembre de 1939, los registros vallisoletanos consignaban el nacimiento de María de la Concepción Velasco Varona, en la calle Recondo, "a los pies del Arco de Ladrillo, muy cerquita de los cuarteles de Farnesio, donde trabajaba mi padre". Si el abuelo no quería que la nieta fuera artista, su madre siempre creyó en el potencial de la niña, quien muy jovencita comenzó su formación como bailarina. Ya con 13 años se subió, durante una gira, al escenario del Teatro Calderón. "Creo que lo de 'mamá, quiero ser artista' era cosa de ella. Cantaba muy bien. Era culta, sensible, escribía novelas de amor que tengo guardadas (una de ellas se llamaba 'Medias de cristal')", recuerda.

Última escena

Cansada de tanto drama como le han proporcionado en los últimos tiempos títulos como 'Hécuba, 'Reina Juana', 'Olivia y Eugenio' o 'La vida por delante', Concha Velasco decidió justo ahora hace un año cambiar de registro y volver a la comedia. Acababa de dejar atrás 'El tren de las 22.27', la obra escrita por Irene Soler con dirección de Manuel Velasco, cuando se acercó a su hijo y, pausadamente y con la sonrisa que siempre esboza, le dijo: "'Quiero que me escribas una comedia a medida al estilo de 'La bruja novata".

Y su hijo se remangó para entregar, primero en sus manos y después en las de Antonio Resines, el texto de 'El funeral'. "Una obra divertida, sobrenatural y joven que va a ser, o no, mi última obra de teatro", aseguró el martes en la presentación del que va a ser su tercer estreno en el Teatro Calderón tras el 'Hello, Dolly' que dirigió José Carlos Plaza en 2001 y 'Yo lo que quiero es bailar' bajo la dirección de José María Pou en 2011.

Esta vez lo hace para meterse en la piel de una diva que fallece repentinamente y recibe el último aplauso de su público en el mismo escenario. Concha Velasco es Lucrecia Conti, en un guiño al nombre con el que se dio a conocer en sus primeros pasos como bailarina -Lucrecia Velvar, Lucrecia por su tía, la única artista de la familia, y Velvar por los apellidos Velasco Varona-; mientras que Resines es el representante de la actriz -Alberto Duján, en otro guiño a Antonio Durán, agente de la propia Concha-.

Entre uno y otro ponen el patio de butacas boca abajo, en una obra que rejuvenece a ambos. "Objetivamente es una de las mejores actrices de este país, sino la mejor, y es extraordinario que siga trabajando después de sesenta años en esta profesión", apuntó Resines, quien no dudó en aceptar el proyecto pese a ser remiso a hacer teatro de un tiempo a esta parte.

Muy cerca de la leyenda, el hijo de la actriz apenas acierta a decir unas palabras. "Dirigir a una bestia de la interpretación como mi madre es un sueño. Me siento como si me hubieran puesto un juguete en mis manos", asiente.

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