Enrique de Estencop, o Enrique de Bruselas, fue uno de los grandes pintores góticos que dejó pruebas de su arte en la Corona de Aragón.

Aparece mencionado en un documento de 1372 relativo a la colegiata de Daroca, ya que se le encargaron las pinturas murales del ábside principal del templo, que decoró con escenas de la vida de la Virgen. Cuatro años más tarde le encargaron algunas vidrieras para la catedral de Valencia y, en 1387, la zaragozana iglesia de San Felipe le pagó el retablo de Santa Catalina.

En 1391 empezó a trabajar en la pintura del retablo mayor de la iglesia de Longares. Este retablo se desmontó y fue sustituido por otro en 1527. El primitivo se conserva aún, a excepción de la tabla central, que representa a la Virgen de los Ángeles, que se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Es así porque fue vendida a Matías Muntadas, que, a su muerte, la cedió al centro museístico.

En abril de 1402 Enrique de Estencop se instaló en la corte de Carlos III el Noble, de Navarra, abrió taller en Olite y trabajó allí hasta 1410, año en que falleció.

La tabla de Bulbuente

La tabla de Bulbuente mide 206 por 129 centímetros, y los especialistas la fechaban hasta ahora (habrá que ver qué dicen los análisis) bastante cercana a la fecha de la muerte de Estencop.

Presenta a la Virgen sedente sobre un trono de carpintería gótica, rodeada por tres ángeles. En una mano muestra una flor, y en el otro brazo presenta al Niño Jesús en actitud de bendecir. Además, aparecen retratatos el donante, Santa Apolonia, San Bernardo, Santa Lucía, San Benito y Santa Inés, entre otros.

Pese a la crisis que sacude aún el mercado del arte, las piezas de este tipo gozan de gran cotización entre los coleccionistas, dada su escasez. Obras de similar calidad están alcanzando en las subastas precios de entre 150.000 y 200.000 euros.