El 'cambiazo' de una tabla gótica

El Departamento de Cultura estudia si una pintura que se conserva en Bulbuente es auténtica o una copia realizada a mediados del siglo pasado.

Imagen de 'Nuestra Señora de los Ángeles' de Bulbuente.
Imagen de 'Nuestra Señora de los Ángeles' de Bulbuente.
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El asunto es peliculero y todavía hay muchos datos sin salir a la luz, porque hay investigación oficial en marcha y todo se lleva con el máximo sigilo. Pero el caso es que el Departamento de Educación y Cultura de la DGA está estudiando si una pintura que se conserva en la localidad zaragozana de Bulbuente es auténtica o si, por el contrario, es una copia contemporánea que llegó a la localidad tras ser enviada la original a Barcelona para su restauración.

La historia arranca en 1954, cuando la pintura, ‘Nuestra Señora de los Ángeles’, una tabla de 206 por 129 centímetros que, según los especialistas, procede del antiguo monasterio de Veruela, abandonó la iglesia de Bulbuente para ser restaurada en el taller del barcelonés José Bardolet. La pintura estaba en mal estado de conservación, como prueba la fotografía que aparece en el ‘Catálogo monumental de la provincia de Zaragoza’, de Francisco Abbad Ríos, publicado en aquellos años, y se vio la necesidad de recuperarla.

Tras unos meses de ausencia, volvió a Bulbuente casi prístina. Tanto, que desde el primer momento levantó sospechas entre los habitantes de la localidad. Se la veía diferente. Pero la cosa quedó ahí.

Dudas entre los expertos

En 1969, cuando se celebró la I Semana de Borja en Zaragoza, el historiador del arte Federico Torralba comisarió una exposición de patrimonio comarcal en la capital aragonesa y llevó a ella las dos tablas de Bulbuente que proceden del monasterio de Veruela, ‘La Crucifixión’ y ‘Nuestra Señora de los Ángeles’. Y ya entonces verbalizó sus dudas, al asegurar que esta última la había elegido para la exposición como ejemplo de una catastrófica restauración o de una sustitución fraudulenta.

Posteriormente a esta muestra, varios especialistas se han interesado por la pieza cuando organizaban otras exposiciones, pero han acabado por desecharla y no ha formado parte de ninguna exhibición relevante. Estudios recientes también han cuestionado al menos la validez de su restauración. Así, en ‘Bulbuente, patrimonio artístico religioso’, de Alberto Aguilera y Ramiro Adiego (2012), puede leerse sobre ella: «Buen estado de conservación, pero muy desvirtuada por la restauración llevada a cabo en 1954».

En cualquier caso, la pintura, que los estudiosos atribuyen al pintor Enrique Estencop, ha seguido sin mayor novedad, y sin sobresaltos, en la iglesia parroquial de Santa María de Bulbuente. Al menos hasta hace unas semanas.

Las nuevas dudas han surgido cuando un coleccionista catalán ha pedido permiso de exportación para una ‘Virgen de los Ángeles’ de Enrique Estencop.

Como es habitual en este tipo de situaciones, el Ministerio de Cultura solicitó un informe a un especialista y este, al recopilar información sobre el pintor y su obra, se topó con que ya existía otra pintura del mismo artista coincidente en medidas y planteamientos estéticos, la de Bulbuente. Como las posibilidades de que esto ocurra son escasas, el Ministerio pidió que se ampliara la información, dado que, además, llovía sobre mojado: la tabla que se conserva en Bulbuente ya despertaba dudas antes, y, después de aparecer la otra, vuelve a estar en entredicho.

El Departamento de Educación y Cultura del Gobierno aragonés ha encargado a varios especialistas que estudien la pintura pero no han trascendido aún los resultados, que se harán públicos la próxima semana.

Como han pasado ya 64 años de la restauración de la pieza, ninguno de los protagonistas de la historia (párroco, restaurador...) puede aportar luz a la investigación.

¿Hubo ‘cambiazo’ y el original se quedó en Barcelona y a Bulbuente llegó una copia contemporánea? En caso afirmativo, habría que investigar cómo se fraguó la operación: no se duda de que el actual propietario de la tabla, quien ha solicitado ahora el permiso de exportación, la adquirió de buena fe e ignorando su ‘antecedentes’.

Pero también pudiera ser que las dos fueran auténticas. Del mismo autor –difícil, pero podría haber hecho dos versiones parecidas–; o distinto, si la que está en Cataluña hubiera sido de un pintor contemporáneo a Estencop y estuviera mal atribuida. Pero parece que nadie cree en esta última posibilidad, y sí en el ‘cambiazo’. Los análisis de la madera del soporte y de los pigmentos pictóricos serán definitivos para averiguar qué ocurrió con la tabla original.

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