Santiago Sánchez Jericó: "Los cantantes jóvenes quieren correr, y es imposible"

El tenor aragonés, retirado de los escenarios tras más de 2.000 actuaciones, asesora a nuevas estrellas de la lírica. Cree en el estudio y la preparación como bases del éxito.

El tenor Santiago Sánchez Jericó asesora a los cantantes líricos.
Santiago Sánchez Jericó: "Los cantantes jóvenes quieren correr, y es imposible"
Aránzazu Navarro

Usted se ha retirado de escena sin ruido.

Llevo cuatro o cinco años ‘desaparecido’. Tuve problemas de salud, que me cogieron con 66 años. Estaba cantando bien, pero  llegó a desaparecerme la voz. Un pianista podría dar un concierto con fiebre, aunque con muchísimas dificultades, pero un cantante está obligado a tener una salud de hierro. Y me retiré.

Y ahora se dedica a la docencia. 

Creo que puedo aportar mucho a la gente joven, que está intentando abrirse paso, y también a la que ya no lo es. No quiero presumir, pero he cantado más de 100 óperas y zarzuelas, he dado más de 2.000 actuaciones a lo largo de mi vida. He trabajado con todas las grandes voces del siglo pasado, desde Plácido Domingo a Alfredo Kraus, de Montserrat Caballé a Pilar Lorengar. Doce temporadas en el Teatro Real, 20 en el de la Zarzuela... Creo que mi experiencia puede ser útil.

Hay cosas que solo enseña la experiencia.                   

Claro. Mire, por ejemplo, yo he cantado ‘I Puritani’ en México DF. Y es muy complicado porque, por la altura de la ciudad y por la contaminación, te ahogas. Esto muchos profesores no lo saben, pero cuando concluye el tercer acto acabas muerto por el esfuerzo. Algunos llegan a utilizar incluso una máscara de oxígeno para recuperarse. Hoy existen muchos profesores de canto pero pocos son verdaderamente buenos. Aunque tampoco hay que exagerar: un profesor te da el 20% de lo que eres como cantante, el resto te lo tienes que ganar tú. Hay que acertar en la elección, claro, porque hay muchos ‘vendedores de motos’.

¿Y cómo se distinguen?

Un cantante lo tiene fácil: cuando empiece a tener problemas con la voz debe dejar a su profesor de inmediato.

¿Cómo se gana el 80% restante?

Estudiando. La gente joven, como suelo decir, tiene que darle mucho ‘a la solfa’, estudiar a todas horas, prepararse muy bien. Y coger un repertorio y no moverse de él.

¿Por qué?

Porque lo importante no es el cuánto sino el cómo. Que lo que hagas, lo hagas bien. Kraus cantaba 15 óperas, pero ¡cómo lo hacía! Mire, hoy existen 1.000 tenores que hacen el tenor de ‘L’elisir d’amore’, pero solo cinco que hacen el de ‘I Puritani’. A los profesionales que asesoro les pregunto: ¿tienes el re natural? Pues trabaja ‘Puritani’, no lo dejes en el cajón.

Muchos creen que hoy se canta peor que hace años. ¿Nostalgia mal asumida?

Hoy se canta mejor porque los cantantes están más preparados que nunca. Pero la Edad de Oro del canto, todo lo que se vio y escuchó entre 1970 y 2000, es muy difícil que vuelva a darse. Aquí en Aragón tendríamos que quitarnos en sombrero ante Miguel Fleta, porque fue quien alumbró el canto moderno. Y, sin embargo, parece que todo lo nuestro es ‘flojico’.

¿Qué necesita un tenor hoy para triunfar?

Estudiar muchísimo, tener una gran confianza en que lo que hace es auténtico y trabajar con un buen mánager. Y si encima es un guaperas, mejor. Pero lo fundamental es la preparación: sin ella, no hay mánager ni guaperas que valgan.

No ha mencionado para nada la voz.

Porque la voz... se puede en cierto modo ‘fabricar’. Con estudio y un buen maestro se avanza mucho. Además hoy, más que nunca, cantar no es solo cantar. Con las partituras hay que hacer música, hay que sentir lo que se interpreta. El buen cantante no tiene dos actuaciones iguales; no es un ‘compact disc’. Cambia. Y tiene que ser humilde y autoevaluarse continuamente y con sinceridad. Porque en esta profesión no le van a faltar los palmeros.

El mánager es importante...

Un cantante, hoy, no es nada sin su mánager. Pero hay que tener cuidado. Los jóvenes quieren correr mucho y en esta profesión eso es imposible. Un tenor de ‘Don Pasquale’ o ‘L’elisir’ no puede saltar a hacer ‘Tosca’ así como así. Porque en las grandes producciones Puccini te obliga a meter 110 músicos en el foso. Y hay que saber muy bien lo que hace uno con su propia voz. Tu coges a un tenor que no esté maduro, y en tres meses le metes varias funciones de ‘Tosca’, luego ‘Cavalleria Rusticana’, ‘Pagliacci’ y ‘Othello’, y antes de que acaben esos tres meses está mudo. Las cuerdas vocales son un músculo y no las puedes estirar como si fueran chicle.

¿Faltan tenores?

Es una cuerda más dificultosa que el resto, más delicada. Quizá por eso los tenores ejercemos esa fascinación, especialmente los de agudos. Ese carácter delicado es lo que hace tan importante el estudio. Mire, la gente cree que Pavarotti tenía una voz ‘grande’. Y quizá era más ‘pequeña’ que la de Kraus. Pero sabía proyectarla muy bien al cantar. Eso lo hacía deslumbrante.

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