Jordán Tejedor y Rubén Lorenzo, juntos en un concierto de la Sociedad Filarmónica

Violinista y pianista interpretarán obras de Ravel, Falla, Piazzolla y Franck.

Rubén Lorenzo y Jordán Tejedor, ayer, ensayando para su concierto de hoy en la Sala Mozart.
Rubén Lorenzo y Jordán Tejedor, ayer, ensayando para su concierto de hoy en la Sala Mozart.
Raquel Labodía

Jordán Tejedor y Rubén Lorenzo, o Rubén Lorenzo y Jordán Tejedor, que tanto da, son dos de los solistas españoles de mayor proyección nacional e internacional. Dos intérpretes que combinan los escenarios y las aulas y que recogen ovaciones al tiempo que siembran las semillas que fructificarán en las próximas generaciones de músicos aragoneses. Hasta ahora no habían tocado juntos, y el hecho de poder escucharlos este lunes (Sala Mozart, 20.00) es un pequeño acontecimiento musical. Porque además el programa es variado y sabroso (va de Piazzolla a Franck). El sábado dieron su primer concierto juntos en Barcelona.

"Llevábamos acariciando esta idea desde hace tiempo –relata el pianista Rubén Lorenzo–, y ha sido ahora, gracias a la Filarmónica, cuando se ha podido concretar. No suelo hacer música de cámara: dar un concierto entre dos es como pintar un cuadro a medias, y uno siempre está condicionado por el resto de los músicos. Pero nos hemos entendido muy bien. La idea ha ido evolucionando con el tiempo; de hecho, al principio pensábamos trabajar en la integral de música para piano y violín de Beethoven".

"Ya tocaba que hiciéramos algo juntos –añade Jordán Tejedor–. Rubén es un gran pianista y, desde que yo era estudiante, hemos mantenido un contacto cercano. Tiene una carrera enorme, espectacular, y se aprende mucho tocando con él. En violín, el universo solista es amplio, pero la música de cámara es nuestro alimento, así que quizá este yo más acostumbrado a este tipo de conciertos. No hemos discutido mucho sobre la interpretación".

¿Quién mandará hoy sobre el escenario? Rubén Lorenzo lo tiene claro: "En la música de cámara ‘mandan’ todos los intérpretes. El repertorio que hemos elegido incluye pasajes solistas, pasajes con diálogo entre los dos... No va a ser más importante el piano o el violín, sino que va a depender de la pieza que estemos interpretando en cada momento. Los dos tenemos nuestra propia visión de las obras y hemos trabajado mucho para poner nuestras ideas en común y definir los fraseos y la manera de ejecutar la música. Jordán es un gran virtuoso, con un sonido muy ‘grande’ del violín. No estoy acostumbrado a tocar junto a violinistas con tanto volumen".

Si en las primeras conversaciones entre ambos se habló de la música de Beethoven, ninguna de las famosas sonatas del genio alemán aparecen en el programa de hoy. Y sí, en cambio, "un repertorio muy variado y bonito –subraya Jordán Tejedor–, con una sonata muy importante de Franck, una obra de Ravel menos conocida, una gran composición de Falla...". "Es un programa muy variado –añade Lorenzo–, pero, si hubiera que buscar un nexo común, habría que pensar que hay un trasfondo francés en todos los compositores. Le dimos bastantes vueltas al programa porque queríamos acertar en la elección. Son piezas muy diferentes pero creo que, precisamente por eso, van a resultar muy atractivas para el espectador que acuda a la Mozart".

Ambos coinciden en que, después del concierto de esta noche, aprovecharán para tomarse un descanso y afrontar los nuevos retos que les ha planteado ya 2018. En el caso del pianista, que hace poco regresaba de actuar en Sudáfrica, tiene prevista una gira de ocho conciertos en China la próxima primavera junto al violinista portugués Carlos Damas. En verano, y aprovechando que será jurado en un concurso internacional de piano en Tailandia, dará también una gira de conciertos en el país asiático. "Para mí, 2018 va a ser el año de la ‘Iberia’ de Albéniz –apunta–. He tocado todas las piezas muchas veces, pero nunca hasta ahora juntas en el mismo programa. Es la obra cumbre del piano español".

Para Jordán Tejedor el año nuevo llega cargado también de proyectos y colaboraciones con orquestas prestigiosas, aunque de momento no quiere concretarlos por si finalmente no salen adelante. También seguirá con su trabajo con los alumnos del conservatorio.

Pero los caminos de ambos, quizá, quién sabe, vuelvan a confluir. "Afortunadamente, hay mucho repertorio para violín y piano y estamos muy cerca el uno del otro –concluye Tejedor–. Sería fantástico tocar a Brahms, Schumann, Beethoven...".

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