El Cigarrón de Jerez se instala en Zaragoza y crea una compañía flamenca

El famoso bailaor de origen japonés Ryo Matsumoto presenta su espectáculo el próximo viernes en la sala CAI Luzán.

Ryo Matsumoto y los miembros de su compañía, durante uno de sus ensayos.
Ryo Matsumoto y los miembros de su compañía, durante uno de sus ensayos.
Aránzazu Navarro

El panorama artístico de la capital aragonesa tiene, desde hace unas semanas y aunque a muchos les haya pasado inadvertido, un nuevo elemento: una compañía flamenca. El bailaor Ryo Matsumoto, de origen japonés pero una referencia en el universo del flamenco sevillano, se ha instalado en la ciudad y ha creado una compañía, cuyo primer espectáculo se presenta el próximo viernes, 16 de junio (21.00), en la sala CAI Luzán (entradas a 10 euros en cajeros del grupo Ibercaja).

El espectáculo lleva por título ‘Mi soleá... Maíta de mi alma’ y es un homenaje a su madre, recientemente fallecida. Además de Matsumoto, que bailará en solitario, la nueva compañía flamenca la forman José María Jiménez y Leo Heredia (toque), Eugenio Tejero ‘Confu’ y Pedro Bautista ‘el Titi’ (cante), y Josué Barrés y J. Bautista ‘el Patas’ (palmas).

No lo ha tenido fácil el Cigarrón, que ya frisa en la cincuentena, para ser admitido por los aficionados al flamenco. En su Osaka natal, a los 18 años, sintió el flechazo por este arte y se apuntó a una academia. Luego, a finales de los 80, estudió ballet clásico español y flamenco en Bruselas, París y Madrid. Acabó, como no podía ser de otra manera, instalándose en Sevilla. Se hizo famoso por ser japonés, pero también ganó prestigiosos premios flamencos, imponiéndose a los bailaores locales.

Un día, en plena actuación con el mítico Juan ‘el Camas’, ‘Chiquito de Camas’, le cayó encima el mote: Cigarrón de Jerez. Lo primero, quizá porque saltaba mucho; lo segundo, porque le gustaba bailar aires de esa ciudad. Y su prestigio creció, abrió academia en el barrio de la Macarena de Sevilla, ciudad en la que ha vivido casi 30 años, y allí ha ido forjando nuevas generaciones de bailaores.

"La gente de Sevilla, y la de Andalucía entera, me ha aceptado con los brazos abiertos. El flamenco es un arte universal y yo soy la prueba de ello. Si uno es flamenco por dentro, puede transmitir este arte independientemente del lugar en el que haya nacido", asegura.

La muerte de su madre

En los últimos años, el Cigarrón de Jerez ha realizado numerosas actuaciones en Zaragoza. Visitó por primera vez en 1994 la capital aragonesa, adonde acudió para participar en una convención budista. Y, desde entonces, ha tenido la oportunidad de participar en festivales como Zaragoza Diversa o Sin Murallas Culturales. El año pasado presentó en el Teatro del Mercado su espectáculo ‘FlamencOsaka’ junto al guitarrista Nacho Estevez ‘el Niño’.

Los vínculos con Zaragoza han hecho que se acabe instalando en la ciudad. "Me iba bien con mi academia en Sevilla, aunque la verdad es que en cierto sentido me sentía atado a ella. No me dejaba recargar mi flamenquería en otras ciudades –relata–. Mi madre estaba enferma y hace unos meses entró en una fase muy delicada de su enfermedad. Decidí vender mi academia y regresar a Japón para cuidarla lo que le quedara de vida. El caso es que, cuando ya tenía todo listo, tres días antes de tomar mi vuelo, falleció. Tuve la oportunidad de ir al funeral, bailar ante su ataúd, e incluso el 4 de enero de este año estrené un espectáculo en su honor en mi Osaka natal, donde agoté entradas, y luego lo llevé a Tokio, donde también llené, con María Terremoto al cante".

Matsumoto sentía vínculos muy especiales con su madre, hasta el punto de que, para no disgustarla, no ha querido abrazar la nacionalidad española hasta tiempos recientes. Cosas del destino: el mismo día que fallecía su madre recibió la llamada del Registro Civil para que fuera allí a jurar.

Y al volver a España en abril, tras el duelo y después de resolver la situación familiar, se encontró con que ya no tenía ataduras en Sevilla. Y en parte por sus amistades y en parte porque en la capital aragonesa es donde más actuaciones le ofrecen, se instaló en Zaragoza.

El flamenco más puro

"Quizá he sido muy atrevido –señala–, porque no tengo ninguna experiencia ni como productor ni como mánager. Pero sentía la necesitad de hacer un grupo en el que pudiera mostrar el flamenco tal y como yo lo siento, tal y como quiero hacerlo. En el sur me llamaban muchos guitarristas y cantaores para que actuara con ellos, pero ha sido aquí, en Zaragoza, donde más me han animado, no ya a actuar, sino a crear mi propia compañía".

¿Qué flamenco le gusta a Ryo Matsumoto? "Mi fijación es el flamenco tradicional, sin mezcla alguna. Lo que yo llamo ‘jamón de pata negra’ porque, al igual que le ocurre al alimento, no necesita de nada más para hacer disfrutar al público. En los treinta años que he vivido en Sevilla me he llenado de él, por dentro y por fuera, y estoy completamente preparado para trasmitirlo. Y en el grupo todos lo sentimos igual".

El espectáculo que estrena el viernes próximo tiene un poco de todo. El Cigarrón bailará por tarantos, bulerías, tientos, soleás y tangos, palo este básicamente femenino pero con el que quiere rendir homenaje a su madre. "A la mía, y a todas –concluye–. Quiero dedicar este espectáculo a las madres y al amor incondicional que sienten por sus hijos".

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