El ‘poder blando’ estadounidense nos coloniza con sus costumbres como nos conquistó su estilo de vida en el siglo XX. Después de Halloween, hoy nos invade el ‘Black Friday’, la jornada de rebajas.

Cambian las costumbres y cambian los valores. Si de compras hablamos, ahora lo importante ya no es la calidad sino el precio. Vivimos en una sociedad de usar y tirar, desde una camiseta a unas lentillas. Se impone la sociedad ‘kleenex’, en la que somos libres para comprar, pero no para cambiar el mundo ni sus injusticias.

En esta sociedad ‘kleenex’ se banaliza hasta la tragedia. Asumimos como algo inevitable el tributo de muertes que se cobran las carreteras o el parte constante de mujeres asesinadas por sus parejas. El automóvil y la violencia de género han conseguido banalizar la muerte.

La trivialidad del asesinato nos remite a la banalidad del mal, de la que habló Hannah Arendt a raíz del holocausto nazi. La filósofa alemana nos hizo ver lo terriblemente normal que suele ser entre nosotros el mal. La banalización del mal alimenta el machismo en las aulas, el acoso sexual, el lenguaje soez, la discriminación salarial, las sentencias que dejan impune el maltrato psicológico…

Hoy se celebra el ‘Black Friday’, pero también es el Día para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.