Los Rolling Stones harán historia en La Habana con un concierto gratuito

La banda tocará en la capital cubana el próximo 25 de marzo, tres días después de la visita de Obama a la isla.

Los Rolling, en un concierto el Santiago de Chile el 3 de febrero.
Los Rolling Stones, en concierto.
Reuters

Tras semanas de rumores, los míticos Rolling Stones confirmaron este martes que ofrecerán el 25 de marzo un concierto gratuito en La Habana, el evento musical más importante en décadas en un país donde el rock extranjero no siempre fue visto con buenos ojos por la ortodoxia revolucionaria.


Al aire libre, en los aledaños de la Ciudad Deportiva, se espera que sus satánicas majestades" congreguen a miles de cubanos en un concierto multitudinario, que marcará un hito en la isla, al recibir por primera vez a la banda en activo más longeva de la historia del rock.


"Hemos tocado en muchos lugares especiales durante nuestra larga carrera, pero este espectáculo en La Habana va a ser un hito para nosotros y esperamos que lo sea también para todos nuestros amigos en Cuba", señaló la banda en el comunicado, divulgado  a través de las redes sociales.


El Concierto de la Amistad, como lo han bautizado, tendrá lugar tan solo tres días después de otra visita histórica a la isla, la del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la primera de un gobernante de ese país en 88 años, que pondrá la guinda a la reconciliación entre ambos países, iniciada hace 15 meses.


Los responsables de éxitos como 'Satisfaction' o 'Brown Sugar' pondrán la nota musical al especial momento que vive la isla, en la que no cesan las visitas no solo de políticos y empresarios de todo el mundo, sino también de figuras del mundo del espectáculo como Rihanna, Katy Perry o Ozzy Osbourne.


El pasado octubre, el líder de los Stones, Mick Jagger, sorprendió con una visita privada a Cuba que disparó las primeras especulaciones sobre una posible actuación del grupo en la isla, un concierto ahora confirmado que será el broche de oro a su gira Olé Tour por Latinoamérica y sobre el que se filmará un documental.


La presencia de la banda en Cuba tiene un singular significado en un país donde el rock extranjero, si bien no estuvo expresamente prohibido, sí sufrió durante los años sesenta cierta censura en las emisoras musicales y se escuchaba a escondidas.


"En aquella época, escuchar grupos como The Rolling Stones o The Beatles estaba en el borde de lo permitido social e ideológicamente", recordó el escritor cubano Leonardo Padura, sobre la época de su adolescencia, entre los años 1965 y 1970.


El autor, aficionado al rock extranjero de la época, rememoró que los discos de esas bandas entraban a Cuba "de manera misteriosa", la gente los guardaba "escondidos en papel de periódico" y cuando se escuchaban en el tocadiscos "sentías como si estuvieras cargando dinamita".


Según Padura, a partir de los años setenta, "comenzó un lento proceso, si no de promoción, sí de cierta aceptación de esa música", que se ya se escuchaba a través de unos aparatos de radio rusos que captaban estaciones del sur de la Florida.


Las emisoras cubanas tenían una cuota reducida para emitir música en inglés, considerada entonces por el oficialismo revolucionario como un "instrumento de penetración ideológica"; aunque sí se escuchaban versiones en español de esos éxitos internacionales del momento a cargo de la banda española Mustang o del mexicano Roberto Jodan, evocó el autor de 'El hombre que amaba a los perros'.


Igual que Padura, el cineasta cubano Eduardo del Llano ve la actuación de The Rolling Stones como algo insólito: "Era más fácil pensar en una nave extraterrestre descendiendo en el Comité Central del Partido Comunista de Cuba. O en la carne de puerco volviendo a valer cuatro pesos la libra, como en los ochenta", afirmó.


El concierto "reunirá a tres o cuatro generaciones en un mismo recinto para escuchar uno de los sonidos más inconfundibles del universo rock, dará pie a caricaturas sarcásticas de cuatro viejitos con casi trescientos años de patrimonio común, impulsará las colecciones y las apuestas", señaló el cineasta en un artículo publicado este martes en el medio digital OnCuba.


A pesar de la censura que sufrieron The Rolling Stones o The Beatles en los primeros años de la Revolución, el propio Fidel Castro inauguró en 2000, en el 20 aniversario del asesinato de John Lennon, una escultura de bronce en su honor en un parque de La Habana.


Allí mismo se abriría, años después, la sala El submarino amarillo, inspirada en el grupo de Liverpool y de visita obligada para los amantes del rock en la isla.


Además, en 2001, Fidel Castro, vestido con su uniforme verde oliva, asistió en el teatro Karl Marx de la capital cubana a un concierto de la banda británica de rock Manic Street Preachers, que había compuesto una canción al balserito Elián González.


Ahora, ya en la Cuba del deshielo con EE. UU., The Rolling Stones afrontan el reto de superar el millón de asistentes que acudieron al último gran concierto multitudinario que se recuerda en la isla, el llamado Concierto por la Paz, que convocó en 2009 en la emblemática Plaza de la Revolución a artistas como Juanes, Miguel Bosé y Olga Tañón.

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