Charlas para desterrar el miedo al fracaso

Tres empresarios protagonizan una nueva sesión de ‘FuckUp Nights’
Zaragoza.

En la superior, Gerardo Maza, Jorge Alfaro, Alberto López, Cristian Egio y Beatriz López. En la fila inferior, Tautvydas Zabulionis, Carmen Orensanz, Fernando Monzón, Javier Lozano y Olga Larrubia.
En la superior, Gerardo Maza, Jorge Alfaro, Alberto López, Cristian Egio y Beatriz López. En la fila inferior, Tautvydas Zabulionis, Carmen Orensanz, Fernando Monzón, Javier Lozano y Olga Larrubia.
Aránzazu Navarro

Los errores en el ámbito laboral provocan caídas simbólicas que duelen al igual que los golpes recibidos y otros obstáculos que condicionan la consecución de un proyecto. Sin embargo, desde un enfoque constructivo, esos problemas permiten orientar mejor el futuro, idea que define las ‘FuckUp Nights Zaragoza’, encaminadas a desmitificar el fracaso empresarial por medio de experiencias que subrayan su contribución al aprendizaje. Las reflexiones se desarrollan en un ambiente relajado en actos que favorecen los encuentros profesionales, como ocurrió el miércoles en Umalas Bar, sede de la tercera edición de la iniciativa, esta vez protagonizada por Javier Lozano, Olga Larrubia y Fernando Monzón, que apostaron por el esfuerzo y la mentalidad positiva ante las 70 personas que llenaron el local.


Una simple reunión de amigos en 2012 en México fue el inicio de un movimiento que ahora tiene lugar en un centenar de ciudades de todo el mundo. El lituano Tautvydas Zabulionis descubrió la dinámica y quiso traerla a la capital aragonesa, objetivo que le unió a un amplio equipo integrado por la ‘coach’ Carmen Orensanz, Yolanda Gil (responsable de comunicación), Beatriz López (gestora de contenido), Jorge Alfaro (relaciones externas), el diseñador gráfico Gerardo Maza, el productor audiovisual Cristian Egio y el fotógrafo Alberto López.


Zabulionis explicó el espíritu de la cita y animó a los asistentes a que mantuvieran un breve debate sobre el fracaso con el compañero sentado a su lado. Tras un vídeo orientativo comenzaron las intervenciones de los invitados, guiadas siempre por la misma mecánica: siete minutos de discurso y un turno posterior de preguntas. Lozano, especialista en márquetin y turismo, remarcó la necesidad de no supeditar un negocio a un único tipo de servicio y alertó del riesgo de pecar de optimismo y obviar la posibilidad del fracaso, e incidió en el valor de ayudar con el trabajo. Larrubia, madre de familia numerosa y propietaria de una empresa de actos sociales, hizo hincapié en las circunstancias sobrevenidas y abogó por la dedicación y la creatividad. Con la fuerza de haber superado una enfermedad, añadió que la vida ofrece oportunidades y aconsejó que las decisiones sean personales para evitar así sorpresas con los socios. Por último, Monzón expuso con humor que una aventura internacional exige conocer la idiosincrasia del país en el que se va a invertir.


La sesión concluyó con un ‘networking’ destinado a establecer contactos y contó con la presencia de la consejera personal Patricia Navarro, el auditor Fernando Rausell, Béatrice Bellet (Competyo) y de Pedro Herrero y David Sancho (Lexintek). También estaban Noemí Ruiz-Toledo y José Ángel Calvo y Luis J. Gendre, de AJE Aragón y Secot.

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