En Zaragoza

"El paisaje de Sucumbíos me recordó a mi niñez en el Pirineo"

El cantautor y veterinario Arturo Hortas, reconvertido a realizador, presenta esta tarde en el Joaquín Roncal su tercer documental sobre los abusos de las compañías petrolíferas en la cuenca amazónica.

Sus documentales muestran los abusos de las compañías petrolíferas en la cuenca amazónica. ANDREA CIANFERONI
"El paisaje de Sucumbíos me recordó a mi niñez en el Pirineo"
ANDREA CIANFERONI

Arturo Hortas tiene 36 años y creció en el pirineo aragonés. A raíz de una beca de colaboración de la Universidad de Zaragoza con la Universidad Campesina, este licenciado en veterinaria desembarcó en Sucumbios, en la amazonía ecuatoriana. "Cuando llegué a la provincia de Sucumbíos el paisaje me trajo recuerdos de mi niñez en el Pirineo", confiesa.


Inspirado por la riqueza ambiental y humana de su población indígena, el espíritu reivindicativo de Hortas encontró una vía de escape que le permitió combinar sus conocimientos de la naturaleza con su faceta artística: la realización de documentales en la zona. "La vida te puede cambiar de un momento a otro y lo que viví en Sucumbíos trastocó mis planes. Me hizo querer contarlo", relata este trotamundos.


Su primer documental, 'Sucumbíos, tierra sin mal', se estrenó en la sección Première de Ecozine 2011 y desde entonces todo fue creciendo. La ópera prima de Hortas obtuvo cinco premios, entre ellos, un reconocimiento de la ONU por el trabajo en Defensa de los Derechos Humanos y el premio Survival Internacional del Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona. Su denuncia de los abusos de las compañías petrolíferas sobre los territorios indígenas del Amazonas estuvo presente, en menos de un año, en 50 festivales de 14 países.


Este jueves por la tarde Hortas presenta en Zaragoza 'El caso Sarayaku', su tercer documental sobre los conflictos entre las compañías petrolíferas y la población indígena de la cuenca amazónica. La trama se centra esta vez en la comunidad de Sarayaku, formada por 1.200 personas.


"En 2002 una compañía petrolífera argentina entró ilegalmente en el territorio Sarayaku, acompañada del ejército ecuatoriano, y enterró 1.500 kilos de pentolita, un explosivo que sirve para hacer la sísmica y poder calcular después, mediante medidores, la cantidad de petróleo que hay en esos lugares", expone Hortas.


Pese a que el caso Sarayaku fue llevado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y esta dictaminó que el estado ecuatoriano debía desenterrar el material explosivo, el problema continúa: "Debido a los movimientos de tierra no se conoce su localización exacta y no se puede desenterrar, por eso hay territorios donde los indígenas no pueden entrar, porque podría ser peligroso", explica el realizador.


Hortas ha pasado los últimos seis años yendo y viniendo a la cuenca amazónica. En total seis viajes y cuatro documentales, el último todavía en fase de montaje: "En todo este tiempo mi cabeza ha estado más allá que aquí, ha sido una época que me marcará para siempre", asegura este aventurero zanjando una etapa de su vida.


A partir de ahora, Hortas tiene la intención de contar historias más positivas que suceden en distintas partes del mundo: "También hay cosas que se están haciendo bien -apunta receloso de dar más detalles sobre sus planes de futuro-, de momento estoy intentando buscar financiación con algunas instituciones", explica.


Este veterinario, cantautor y realizador asegura que siempre ha tenido que adelantar el dinero para sus producciones y reconoce que de momento ha tenido suerte porque ha podido hacerlo. "Aunque ha sido bastante estresante en muchas ocasiones", confiesa antes de añadir: "Son muy tristes las reducciones de las subvenciones a la cultura y más este año que la DGA las ha recortado un 57%". Por eso, agradece el apoyo recibido durante estos años por la red de justicia ambiental EJOLT, Ecozine y la Fundación CAI.


La proyección de 'El caso Sarayaku' será este jueves a las 19.00 en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza (calle San Braulio 5-7) y tiene entrada libre hasta completar aforo. Se sesión se completará con un taller y un debate sobre el tema del documental.