Música

Luz Casal ilumina Pekín en su estreno en China

La gallega supo ganarse a los asistentes del imponente teatro de la capital pequinesa arrancándose con varias palabras en mandarín.

La cantante Luz Casal
Luz Casal propone un viaje a las mejores décadas del bolero en su nuevo disco
MONDELO. EFE

La solista gallega Luz Casal llenó hasta la bandera un conocido teatro de Pekín en su primer concierto en el país asiático, uno de los destinos de la gira mundial del recopilatorio "Un ramo de rosas" que la cantante brinda a sus miles de seguidores de los cinco continentes.


El público chino se entregó en cuerpo y alma a las canciones de Luz, quien supo ganarse a los asistentes del "Polly Theatre" de la capital pequinesa arrancándose con varias palabras en mandarín, un gesto que, como señaló antes del concierto, "te hace vulnerable, te pone en evidencia y consigue que la gente te sienta más cercana".


"Siempre intento cualquier cosa para que haya un contacto aparte de la música. Aquí diré algo, aunque sea para que se descojonen", explica.


Tal y como vaticinó, su guiño suscitó sonrisas en el público y acortó distancias, a pesar de la inmensidad del anfiteatro, entre ella y los presentes, algo que la artista sabe valorar con humildad y elegancia: "Es halagador y, a la vez, supone mucha responsabilidad. Cuando vas a países que están en las antípodas del tuyo y ves que la gente paga para verte, te quedas perpleja".


Acompañada de piano, guitarra y batería, y en algunos momentos también de un par de bailarines, la artista derrochó voz y talento entonando clásicos como "Entre mis recuerdos" o "No me importa nada", que arrancaron espontáneas ovaciones del público chino.


Su periplo mundial la ha llevado a cantar en destinos tan variopintos como Bahrein o Túnez, una gira con una agenda agotadora que ella no parece acusar ni siquiera a su llegada a la capital china, tal vez gracias a su entrega y pasión por algo más que un trabajo, ya que, como apunta, le "va la vida en ello".


"Yo vivo a través de las canciones. Cuando canto, soy más yo misma que cuando estoy hablando. Se trata de una sensación inabarcable", asegura, transmitiendo la intensidad y la honestidad que la acompañan tanto dentro como fuera del escenario.


Y es que Luz no teme hablar de emociones. Son sus aliadas y el motor de una carrera artística de más de treinta años y trece discos grabados que la han catapultado al estrellato más allá de España, convirtiéndola en una de las artistas más internacionales del palmarés nacional.


A pesar de su larga trayectoria, Luz sigue teniendo una sensación diferente cada vez que se sube a un escenario: "Cada día es una historia, a veces cierro los ojos para percibirlo de otra forma. Me siento libre, más que en mi propia casa", describe, y se sorprende cuando la gente le pregunta dónde encuentra la inspiración. "¡En todas partes! Si estás despierta, todo puede inspirarte".


En ese continuo proceso creativo, Luz sabe cuáles son los riesgos de la introspección, y asegura a Efe que, "cuando trabajas contigo misma, tienes más riesgo de romperte". "Los peligros que corres a diario son innumerables, aunque, si hay momentos de desequilibro, al menos, que se transmita a la gente", dice.


De esa fuerza interior hizo gala cuando, después de que un cáncer de mama la retirase temporalmente de los escenarios en 2007, fraguó "Vida tóxica", un disco complejo que reflejaba el duro trance que atravesaba, del que se recuperó con estoicidad tras una recaída tres años más tarde.


Ahora, en plena forma física, la cantante recupera lo aprendido durante las tres décadas de profesión y, a pesar de la luz que irradia, dice que es "la parte oscura" la que la ayuda a seguir haciendo cosas.


Una oscuridad que sólo ella conoce y que, sin embargo, ilumina la sala de la capital china, el aperitivo de un tour extenuante por el país asiático que la llevará en los próximos días a Shanghái y Cantón.