UN PASE ENTRETENIDO

Madonna tampoco pasa desapercibida en la alfombra roja de Venecia

En la 68 edición del festival la cantante presentó su segundo filme, 'W.E.', después de que una Kate Winslet deslumbrante hiciera su aparición como protagonista de la película de Polanski, 'Un dios salvaje'.

El actor Christoph Waltz llegó a la muestra acompañado de su esposa.
Madonna tampoco pasa desapercibida en la alfombra roja de Venecia
EFE

La cantante estadounidense Madonna, acostumbrada a llamar la atención allá por donde va, no ha defraudado en la alfombra roja del 68 Festival Internacional de Cine de Venecia, por donde desfiló con un llamativo traje y unas muy poco discretas gafas de sol.


A bordo de uno de los coches oficiales de la delegación, la «reina del pop» llegó poco antes de las 22.30 (20.30 GMT) al espacio reservado al desfile de los protagonistas del Festival para asistir a la proyección de su segundo filme como directora, «W.E.», que hoy presentó fuera de concurso en Venecia.


La diva lució un vestido en tono gris con una larga cola y estampado con brillantes mariposas rojas, a juego con el color de sus labios y con la pasta de unas gafas de estilo retro que accedió a quitarse poco antes de entrar al Palacio del Cine.


Madonna, que estuvo acompañada de los protagonistas de su película, entre ellos el actor guatemalteco Óscar Isaac y la australiana Abbie Cornish, rehusó a acercarse a los muchos seguidores que la estuvieron esperando durante varias horas para obtener un autógrafo suyo.


Durante la llegada de invitados a la proyección oficial de «W.E.», filme que sucede en la carrera cinematográfica como directora de Madonna a «Filth and Wisdom» (2008), se pudo escuchar el clásico de la cantante estadounidense «Like a Virgin», cuyo vídeo musical se rodó precisamente en Venecia en 1984 y que fue coreado por los seguidores de la «reina del pop».


Previamente a la presentación de «W.E.«, Kate Winslet desfiló por la alfombra roja para la proyección oficial del último trabajo del cineasta franco-polaco Roman Polanski, «Un dios salvaje», uno de los filmes a concurso que mejores críticas han recibido hasta el momento y que protagoniza la actriz británica.


El director francés Roman Polanski asesta una bofetada a la hipocresía de la clase media que se deja llevar por el dictado de lo políticamente correcto en «Un dios salvaje», la película que se ha estrenado en el Festival de Venecia y que ha sido recibida con un sonoro aplauso.


Cuatro actores (tres con Oscar y el otro con nominación), dos semanas de ensayo y cuatro de rodaje, un salón, un único vestuario y 79 minutos es lo que necesita Roman Polanski para ir revelando la mediocridad de sus personajes: dos matrimonios, uno liberal (Jodie Foster y John C. Reilly) y otro consevador (Kate Winslet y Christopher Waltz) de clase media neoyorquina, que se reúnen para discutir civilizadamente una agresión entre sus respectivos hijos.


La conversación, que comienza con todo tipo de formalidades, desencadena un volcán de emociones escondidas y sentimientos reprimidos que revela además la dinámica de ambos matrimonios. A pesar de ser radicalmente opuestos en su planteamiento de vida, tienen en común la infelicidad.


Winslet comentó que había visto la obra en el teatro y por eso aceptó de inmediato. Además, apostilló, «cuando Roman Polanski te llama no dices no».


Winslet lució un complicado vestido de una pieza en color verde militar abrochado con una interminable cremallera en su espalda que le ceñía el traje y dificultaba sus movimientos, algo que no le impidió acercarse a los seguidores que la aclamaban al otro lado de las vallas para firmar autógrafos.


Antes de entrar al Palacio del Cine, Winslet, uno de los rostros populares que más expectación ha levantado en el Festival de Venecia, tuvo tiempo, incluso, de coger su teléfono móvil y fotografiar a sus seguidores.