LA RECOMENDACIÓN

Tres narradores: Mena, Teira y Corbatón

Publican tres nuevos libros: las novelas ?Alerta Bécquer?, ?laciega.com? y el volumen de relatos ?Voces al alba?, respectivamente.

Portada de 'Voces al alba', de José Giménez Corbatón
Tres narradores: Mena, Teira y Corbatón
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Ya está ahí la Feria del Libro. Comienza el viernes, tras premiar a Matilde Asensi y a Agustín Sánchez Vidal en el Premio de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza. Y ya están aquí algunas novedades prometedoras de autores que combinan la calidad con el compromiso.


Entre los narradores aragoneses, queremos sugerir hoy tres nombres, a los que se irán sumando otros a lo largo de los diez días de la feria. Miguel Mena (Madrid, 1959) es noticia por motivo doble: acaba de publicar la cuarta edición de ‘Piedad’ (Xordica), uno de sus libros más estremecedores en el que habla, en textos cortos e intensos, de todo lo que le obsesiona: el amor, el desamor, la injusticia, la violencia, el terrorismo, las historias secretas y el dolor y la felicidad que le proporciona su hijo Daniel, que padece el «síndrome de los niños felices». Y a la par, Miguel Mena retorna al Moncayo, a Veruela y a Trasmoz, si en algún instante había dejado de mirar esa «montaña que ya no ampara».


Lo hace con una novela juvenil, ‘Alerta Bécquer’, una narración donde cuenta la historia de Eduardo, que es capaz de hacerlo todo para seducir a su novia Dafne. Para seducirla, convencerla y deslumbrarla. Emprende una aventura muy curiosa, muy goyesca: quiere trasladar, con su amigo Óscar, los restos de Bécquer desde Sevilla al Moncayo; de repente, ocurre un descalabro: ese cadáver, como le había ocurrido al de Francisco de Goya, pierde la cabeza, y ahí empieza una narración delirante, divertida, llena de guiños, en la que intervienen la televisión y el ya veterano inspector Ruiz, otro de esos personajes tiernos y tercos, marca de la literatura popular que practica de cuando en cuando Miguel Mena.


Félix Teira (Belchite, 1954) es un escritor muy particular que se mueve a sus anchas en la literatura juvenil, donde asoma su vocación pedagógica, y en la narrativa para todos los públicos. No se prodiga en exceso, aunque practica una literatura de la intensidad, de la tensión, dura, sin contemplaciones. Una literatura de los márgenes y de los marginados. Como se veía en uno de sus últimos títulos: ‘Sueños de borrachos’ (Poliedro, 2005), donde exploraba de nuevo existencias al límite. Ahora publica ‘laciega.com’ en Editorial Funambulista: se trata de una narración que transcurre en Zaragoza, que es otro personaje más, donde aborda la vida de Marga, casada con Ismael, ingeniero en paro, y madre de una niña.


Marga se introduce en un espacio incontrolable vinculado con internet y el sexo «que estalla en la red», entre otras cosas, y a partir de ahí la vida de la pareja se tambalea por completo, y entran en acción el chantaje, la sordidez, las formas más absolutas del naufragio. Félix Teira, con adecuados diálogos y con esa mirada que no teme ser incorrecta ni cáustica ni cruel, despliega las circunstancias y los accidentes de un auténtico viaje a los infiernos en los que asoman diversas criaturas siniestras.


José Giménez Corbatón (Zaragoza, 1952) se dio a conocer con dos libros de relatos que seguían la onda expansiva de la literatura de Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Torrente Ballester o William Faulkner, por citar algunos ejemplos. José, como todos ellos, fundaba su condado imaginario en Crespol, un barrio cercano a Castellote, vinculado a su propio origen, en dos libros: ‘El fragor del agua’ (Muchnik 1993; Prames, 2005 y 2009) y ‘Tampoco esta vez dirían nada’ (Muchnik, 1997), que acaba de rescatar el sello aragonés. Dos libros que tuvieron algo más que un hilo de continuidad o de contigüidad en ‘La fábrica de huesos’ (Prames, 1999 y 2009), donde se narraba de algún modo el éxodo de muchos de los personajes de los dos volúmenes, o de parientes o de convecinos.


Ahora, tras publicar otro libro conmovedor como ‘Memoria difusa’ (DGA: Amarga memoria, 2011), con el fotógrafo Pedro Pérez Esteban, Giménez Corbatón une los dos mundos: el universo mítico de Crespol y la dura posguerra, y el mundo de la Zaragoza que recibía a los ‘desterrados’, en nueve relatos que tienen la textura, la intensidad, los personajes, los excursos hacia Francia y el dolor que marca la narrativa de este escritor.