EXPOSICIONES

Jorge Gay abrirá en Madrid 'Los ojos del corazón'

El artista aragonés inaugurará una exposición el 5 de mayo en la Galería BAT. La muestra incluye 11 pinturas, 23 dibujos y un poema sobre el viaje como búsqueda.

'Tobías y el ángel', dibujo a carbón.
Jorge Gay abrirá en Madrid 'Los ojos del corazón'

«La exposición está dedicada al ejercicio del arte, al oficio de pintar. He utilizado la metáfora del viaje, de la travesía, como sinónimo de la búsqueda, como gesto indispensable para salir al encuentro de algo. Está dedicada a ese esfuerzo, a lo que supone una quimera, al empeño y obsesión por darle forma a ese viaje que es lo que hacen los poetas, los músicos, los pintores...». El artista aragonés Jorge Gay (Zaragoza, 1950) llevaba años sin exponer en Madrid y el próximo 5 de mayo regresa a la capital española con algunas de sus obras más recientes, que se podrán ver en la Galería BAT hasta el 11 de junio.

Son en total 11 pinturas al óleo y acrílicas de diversos tamaños, y 23 dibujos al carbón y técnica mixta. De estos últimos, explica Gay, «catorce los realicé para una pequeña edición de la Feria del Libro de Madrid y fueron publicados con el título 'Los viajes de Biblos'. Todos ellos y el texto que escribí tienen que ver con la aventura de buscar, con la audacia de soñar o de salir a encontrar», agrega el pintor, para quien «hablar sobre la pintura no es fácil, ella se debe expresar por sí misma».

Los peces y las sombras

En las pinturas que el artista aragonés lleva a Madrid aparece reiteradamente, además de la figura humana, un elemento animal: los peces. «Son seres históricamente cargados de muy diversas y esotéricas simbologías. Pero en este caso quieren tener un significado muy simple y directo: son el fruto recogido en el viaje, en la travesía. La recompensa obtenida en la aventura», aclara Gay.

Y agrega que también le han servido «para simbolizar el lugar de la pintura y del arte hoy: si nos invade la sensación de epígono de final, si en el camino hemos quedado aturdidos, deslumbrados, agotados o ciegos, invito a coger la hiel de esos peces, de ese fruto obtenido y, como hizo Tobías, frotar con ella nuestros ojos para volver a ver. Que recuperen fuerza esos ojos del corazón».

Una fuerza necesaria porque, según dice, «para seguir pintando, para seguir saliendo a buscar y aventurarse, hay que ser audaz y tener limpios y abiertos esos ojos, los que buscan en lo absurdo para hallar lo maravilloso».

Dedicado a los compañeros

Jorge Gay ha querido que 'Los ojos del corazón' esté dedicada a sus compañeros de profesión: los pintores. Especialmente a los que fueron «capaces de construir la belleza envueltos en la luz que los alimentaba», como «Segantini y la luz de los Alpes» o «todos los que fueron a Venecia creyendo en ella como símbolo de luz y tiniebla», como «Vedova, pintor informalista que paseaba todas las tardes por la Giudecca», enumera Gay.

Por supuesto, el creador zaragozano se remite también a otros artistas aragoneses, seducidos «por la luz de París o la del Bajo Aragón, que envolvió a pintores tan importantes y proteicos para mí como Berdejo, Aguayo o Marín Bagüés», a los que ha querido «rendirles un homenaje» porque «son los eslabones que nos antecedieron». «En ellos nos miramos, de ellos aprendimos. Pintores de la primera modernidad a los que admiré y admiro y he querido llevarlos conmigo a Madrid», cuenta Gay.

Esta vez puede sorprender, en un universo tan brillantemente colorista como suele serlo el de Jorge Gay, cierto matiz sombrío en la abundancia de gamas frías de azules y grises, así como en títulos de algunas obras que evocan la desesperanza, el naufragio o el desasosiego. El pintor explica que es porque la exposición «está dedicada a todos los que llevan su interior cargado de pasado y sueñan con hacerlo futuro, a cuantos se aventuraron con audacia a ir más allá y a hacer visibles esos nuevos horizontes; a los que lo consiguieron pero también a los que quedaron heridos en el camino y han quedado orillados u olvidados».

Así, esas piezas serían reflejo «del esfuerzo baldío, constatación de las derrotas», dice Gay, que no obstante subraya que, en cualquier caso, «no es lo sombrío lo que permanece pues hay muchas obras inundadas de luz; al final siempre me coloco en un lugar optimista y cargado de futuro».