El oscuro anteayer de Europa

Las buenas obras de síntesis histórica no son en este país un género muy cultivado. Es costumbre que las miradas de conjunto sobre la historia sean traducciones de libros foráneos o que procedan de autores que viven fuera de la historiografía profesional, mientras que quienes habitan en ella se dedican a sesudas monografías tan especializadas como ajenas a la atención del lector medio. Apenas hay puentes entre la investigación sólida y la divulgación. Pero ese déficit adquiere tonos de páramo si nos referimos a las síntesis españolas sobre la historia de otros países o de nuestro continente.

Ese es el vasto reto que afronta Julián Casanova en ‘Europa contra Europa’. Este historiador bajoaragonés, catedrático en la Universidad de Zaragoza, no es un autor novel en estas lides. A su sobrada solvencia como investigador, que ha hecho de él uno de nuestros más grandes historiadores, ha sumado en la última década una serie de obras dirigidas a un público más amplio que el académico. Lo hizo con trabajos sobre la violencia o la Iglesia en la Guerra Civil y su posguerra, y después con síntesis sobre la República y la guerra y –junto con Carlos Gil– sobre el conjunto del siglo XX español. Ahora da un paso más y se atreve con la Europa de 1914-1945. Semejante salto resulta coherente con su trayectoria anterior, pues ha distinguido siempre a Casanova su atención a la mirada comparada y en particular a la Europa de Entreguerras. Aun así, es sin duda un reto valiente, porque escribir sobre otros países requiere manejarse con fuentes y temas diferentes y mucho más amplios, y por la incomparable trascendencia y densidad histórica del periodo que aborda. Ninguna otra etapa reúne tantos fenómenos, transformaciones y desgarros políticos, sociales o económicos. Esos 31 años acumulan todos los hitos que más interés histórico han generado de los últimos dos siglos, desde la Revolución rusa a los fascismos y el Holocausto, pasando por el crash de 1929, la contienda civil española y nada menos que dos guerras mundiales.

Este viaje a esas tres décadas es un recorrido sintético basado en la bibliografía de referencia disponible en inglés y castellano, comentada en un apartado bibliográfico final. La fórmula adoptada obliga a detenerse sobre todo en los hechos y cuestiones más notables. Pero no se reduce a un mero relato ‘événementiel’ urdido a partir de datos, fechas y grandes nombres, ni a un pastiche de apresuradas visitas a las distintas etapas y países. Por un lado, Europa contra Europa combina miradas generales sobre el conjunto del continente y el periodo (capítulos 1, 6 y 7) con una atención particularizada a las experiencias nacionales más relevantes (Rusia, Italia, Alemania y España: caps. 2-5). Y, por otro, da cabida a los grandes debates y conceptos que ha generado la historiografía sobre ese periodo.

Aunque sin poder entrar en prolijas discusiones académicas, desfilan a lo largo del libro y son discutidos el papel matricial de la I Guerra Mundial para esas décadas, los debates alrededor de conceptos como guerra total, guerra civil europea, fascismo y totalitarismo, la naturaleza del franquismo o la discusión sobre si el estalinismo era lógica continuación o perversión de la revolución bolchevique.

El resultado es un texto ágil pero sólido, sin aparato crítico aunque explícito en el uso de sus principales fuentes y con una narración al tiempo accesible y cuidada. Y breve. En lugar de extenderse tanto como permitirían los temas tratados y la inabarcable bibliografía que han suscitado, la apuesta del autor es algo que parecería sencillo pero que en realidad resulta más arduo: condensar tanta información para ofrecer un instrumento manejable para el lector medio. En apenas 200 páginas de texto, Casanova aporta una exploración transversal del periodo a la que, además, no falta un hilo conductor. ‘Europa contra Europa’ afronta sobre todo las crisis y violencias que permearon aquellos años y los odios que las nutrieron, y es antes que nada una «historia de esos odios, de sus causas y consecuencias, y de sus principales instigadores».

Una historia de esas tres décadas en las que los valores, prácticas e imaginarios de la guerra invadieron la política y se produjo un descrédito y sustitución de los sistemas políticos democráticos por proyectos alternativos como el fascismo o el comunismo soviético. Ni que decir tiene que el lector más informado echará en falta más datos, desarrollos argumentales, preguntas y respuestas que no pueden tener cabida en un obra de estas dimensiones. Pero a cambio, el libro provee de una utilísima introducción, de un texto de alta divulgación que acercará tan crucial periodo a un público más amplio y que está escrito desde nuestros intereses y tradición historiográfica. Desde ahora, junto a las obras generales escritas sobre esos años por los Hobsbawm, Mazower, Vinen o Traverso, y sin que les vaya a la zaga, contamos ya con una firmada por un historiador español, acaso el único entre nosotros que podía afrontar hoy por hoy semejante desafío.