LITERATURA

«La copla es el más hermoso de los micropoemas»

Presenta hoy el libro «Cancionero de coplas aragonesas» en Zaragoza.

El escritor Miguel Ángel Yusta.
«La copla es el más hermoso de los micropoemas»
MAITE SANTOJA

Miguel Ángel Yusta presenta hoy, a las 20.00, el libro «Cancionero de coplas aragonesas» en la Biblioteca de Aragón (Doctor Cerrada, 22, Zaragoza). Es una recopilación de 150 coplas escritas entre 1990 y 2010, algunas de ellas inéditas y otras incluidas en la sección «Rincón de coplas», que mantiene todos los domingos en HERALDO DE ARAGÓN.


Comencemos por una pregunta para los no iniciados. ¿Qué es la copla?


La copla es una estrofa poética: cuatro versos octosílabos asonantados los pares y libres los impares. En copla se han escrito maravillas. Juan Ramón Jiménez es uno de sus precursores, aunque hay otros maestros como Lorca o Rafael Alberti que también la utilizaron. Yo lo que quiero es revalorizar la copla como estrofa poética.


La concreción parece la máxima de la copla...


Es un poema pequeño, modesto, en el que en 32 sílabas hay que meter una idea. En el jardín de la poesía, la copla sería la margarita y el soneto, el rosal. El poema largo puedes desarrollarlo, pero en la copla tienes que concretar, cada palabra vale, y hay que tener una buena resolución. No todo los poetas pueden hacer coplas.


¿Qué debe tener la copla para convertirse en una buena jota cantada?


El segundo verso tiene que ser muy redondo. La jota aragonesa utiliza la cuarteta como letra, se llama 'canta' o 'cantica' y desdobla los versos de la copla en el siguiente orden: segundo, primero, segundo, tercero, cuarto, cuatro, primero.


Explíquemelo como un ejemplo.


«Para decir que me quieres / mírame antes a los ojos / verás como no hacen falta / palabras entre nosotros». Cuando la cantas queda así: empiezas con «Mírame antes a los ojos», que tiene fuerza, y sigues: «Para decir que me quieres / mírame antes a los ojos / verás como no hacen falta / palabras entre nosotros / palabras entre nosotros / para decir que me quieres». Si coges una copla mala, que no es redonda, no funciona.


Entonces, para que funcione...


Los siete versos se tienen que poder decir uno detrás de otro. Hacerla pensando en que se va a desdoblar, darle fuerza al segundo verso y tener en cuenta que la letra debe entonarse fácilmente, sin cosas raras.


Atrévase con una.


«La rosa de tu querer / ansiaba tener yo solo / mas sin nacer se murió / por ir a cortarla pronto».


Otra.


«Al final de este camino / quiero llegar el primero / pues no podría sufrir / perder lo que yo más quiero».


Breve e intenso.


Salen como churros. Ahora que está tan de moda el microrrelato, la copla es el más hermoso de los micropoemas: tiene música y ritmo.


¿Hasta dónde puede llegar la temática de las coplas?


La copla puede ser un telediario, reflejar el día a día, pero también los sentimientos. No está reñida con los temas clásicos de la poesía, como el amor, el desamor, los sentimientos, el olvido... Pueden ser también críticas sociales o cantar la hazaña de un torero.


¿Cómo ve la evolución de la copla en los últimos años?


Ahora hay gente que está trabajando mucho tanto en la poesía como en las letras de jotas. Hay un aire renovador importante, aunque todavía pesa más la tradición que la renovación. Pienso que no están reñidas, hay que caminar hacia adelante.


¿Y cómo pueden convivir renovación y tradición?


No siendo demasiado conservadores pero sin acabar de olvidar que hay una tradición que se debe respetar y, dentro de esa evolución, evolucionar y caminar. Ahí están, por ejemplo, Carmen París y Nacho del Río, que siguen una buena línea y no vocean tanto, sino que cantan.


¿Qué objetivo busca cuando escribe sus versos?


Lo principal es que el poema llegue al lector, que es el último intérprete. El escritor es el autor, el instrumento es el poema y el intérprete es el lector.


¿El poema puede ser malinterpretado por el lector?


Lo puede interpretar de mil maneras. Dos lectores no tienen que sentir los mismo con un poema. Puede pasar lo mismo con un artículo de opinión, que se escribe en prosa.


¿Le cuesta más el verso que la prosa?


Por supuesto, la poesía es mucho más difícil. En la prosa no tienes que cuidar el ritmo o la música, y escribir poesía deprisa no se puede. Un poema de hace 10 años no está acabado. Pasa a menudo que en las reediciones de muchas obras, los autores tocan sus poemas, los vuelven a construir.


Usted ha comentado que su pasión por la poesía le nació desde muy pronto. El poeta, ¿nace o se hace?


Yo creo que se nace con una sensibilidad poética, pero luego hay que hacerse uno mismo estudiando y leyendo mucho. Ojo, hay poetas que nunca han escrito un verso.


Explíquese.


Hay personas que tienen una mentalidad poética, viven poéticamente y son poetas de verso en el corazón, pero no la escriben. Gente con una sensibilidad muy especial, que vive, ama la poesía y la siente. Algunos se deciden a escribir muy tarde.