«No es tanto un homenaje a Marcel Duchamp como un recuerdo a su determinante aportación a la historia del Arte». Así define Gonzalo Bujeda la exposición que inaugura hoy en la galería Finestra, en Zaragoza, y que titula '100 años después de Duchamp'.

«He llevado un total de 39 obras, 36 de ellas verticales, y todas menos una de pequeño formato -señala el artista-. En ellas se unen y complementan los materiales más diversos carentes ya de utilidad. Así como el 'urinario' (una obra de Duchamp considerada como la más significativa e importante del siglo XX) era una pieza útil descontextualizada, yo, y gracias al horizonte que abrió Duchamp y otras 'conquistas' posteriores, contextualizo fragmentos (maderas, piedras, cristalizaciones, cristales, lápices gastados, tejas, trozos de ladrillos antiguos, etc.) que ya no valían para nada y que tenía por casa. Es un renacer, una recuperación. Algunas son homenajes o recuerdos a arquitectos, pintores, u otros personajes históricos». Las tres obras horizontales están trabajadas en escayola. Cada una de ellas mide 47,5 por 37,5 centímetros.

La muestra tiene mucho de rescate y de arqueología. En ella «hay de todo lo que me rodeaba, lo que vi, lo que me gustó, lo que recogí sin saber muy bien por qué. Ámbar, cuarzos, maderas, piedras de todo tipo y de variada procedencia, hierros, plomo, lacre, metacrilato... Cada una cumple un papel».

La exposición de Finestra (calle de Zumalacárregui), puede visitarse hasta el 23 de marzo.