PREMIOS DE LA ACADEMIA DE CINE

Y el Goya es para... el Teatro Real

Durante los ensayos de la gran gala del cine español se mantuvo el secretismo para no desvelar las sorpresas que llevan prometiendo desde hace semanas.

Ensayos de la gala en el Teatro Real
Y el Goya es para... el Teatro Real
EFE

A un día de la gala, la preparación de la 25 edición de los Goya en el Teatro Real de Madrid se ha convertido en una película en sí misma, una «superproducción con un guión que encaja perfectamente», según sus responsables, y que mañana espera salir victoriosa ante tanta expectación.


«Y el Goya es para... el Teatro Real», bromeaba Juan Diego en el ensayo general, en el que se mantuvo el secretismo para no desvelar las sorpresas que llevan prometiendo desde hace semanas.


La más grande, en realidad, la había dado el propio presidente de la Academia, Álex de la Iglesia al anunciar su dimisión hace dos semanas por su desacuerdo con la ley Sinde.


Este sábado, sobre el escenario del coliseo madrileño, vestido para la ocasión con telas de plata -por el metal de las bodas que los Goya celebran- y dos atriles polimorfos, Paco Tous se metía en la piel del cineasta vasco para ensayar los planos del esperadísimo discurso.


No en vano, en letras más grandes que los demás carteles para la asignación de sitios, en las butacas 2 y 4 de la fila 9 lucían los nombres del anfitrión de la fiesta y de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Solo Javier Bardem, que aterrizaba en Madrid, competía con ellos en tamaño en la butaca 2 de la fila 1.


Dentro de su espectacularidad, el Teatro Real es, en realidad, pequeño: solo 1.750 butacas en total -algunas de ellas con visibilidad nula- y una platea plagada de candidatos. Los académicos, de hecho, han sido filtrados mediante sorteo para atribuir las localidades restantes.


A pesar de todo, la fiesta será, dicen, grandiosa: se ocultan estrictamente los vídeos pregrabados, se resisten a dar el nombre del presentador del Goya a la mejor película y Buenafuente no ha mostrado a la prensa ni uno solo de sus momentos sobre el escenario.


Sí se sabe que presentará premio su antecesor como maestro de ceremonias, José Corbacho, así como extrañas parejas -Verónica Forqué y Mario Casas o Gonzalo Suárez y Najwa Nimri-, pesos pesados como Mercedes Sampietro, Pilar López de Ayala y Ariadna Gil, o estrellas en solitario como Elena Anaya.


En el ensayo, iban sonando ganadores ficticios: Karra Elejalde o Natasha Yarovenko, aunque el primer nombre que sonaba era, en boca de Quim Gutiérrez, 'También la lluvia' con el premio al mejor montaje.


Imanol Arias, acompañado de la actriz y expresidenta de la Academia Aitana Sánchez-Gijón, decidía otorgarse el Goya a sí mismo. Y mientras, una gran pantalla que se dividía en cuatro partes (una para cada candidato) iba revelando algunas ausencias con fotos de archivo, como las de Sergi López y Ryan Reynolds.


Pero, ¿cuál será la gran sorpresa? Las respuestas eran solo descartes: no serán ni Vargas Llosa ni Iker Casillas, que el propio De la Iglesia había sugerido. Almodóvar está en China y el palco de la Casa Real estará vacío de sangre azul.


Otros rumores apuntaban a Sigourney Weaver y Robert de Niro, que ruedan con Rodrigo Cortés en Barcelona. «Que yo sepa, no", decía Beatriz de la Gándara, productora de la ceremonia, aunque se mostraba menos tajante que al desmentir la presencia de Roman Polanksi.


Por errores del ensayo, se han filtrado vídeos como uno que se titula «¿Qué pasaría si 'Balada triste de trompeta' fuera un cómic de Marvel?», con lo que se apunta a vídeos más que creativos para presentar las candidatas a mejor película, que se completan con 'También la lluvia', 'Buried' y 'Pa negre'.


Pero, el espectáculo, además de intramuros, estará en la plaza de Oriente, donde ya estaban desplegados los 2.000 metros de alfombra roja protegidos del frío y la posible lluvia -invitada habitual de estos premios- por unas carpas transparentes. Como colofón, frente al Palacio Real, un premio Goya de siete metros que ya atraía la atención de los paseantes.


Finalmente, habrá helicóptero para las tomas aéreas y pantallas para que la gala la pueda vivir también el ciudadano de a pie, en un entorno tan privilegiado que ha acercado estos premios al pueblo, pero también ha elevado los costes, confirman los organizadores.