MÚSICA CLÁSICA

El Pilar, un aula de lujo para los estudiantes de órgano del Conservatorio

Un acuerdo entre el Cabildo Metropolitano y la institución educativa posibilita que los alumnos toquen en algunas misas y, a cambio, puedan ensayar en el instrumento de la basílica.

Elvira Yamalova atiende las indicaciones de Saskia Roures.
El Pilar, un aula de lujo para los estudiantes de órgano del Conservatorio
OLIVER DUCH

"Nunca me imaginé poder estudiar en un instrumento así", indica la alumna Elvira Yamalova. Y no es para menos, ya que el órgano que tiene delante es el Klais de la basílica del Pilar. Un acuerdo entre el Cabildo Metropolitano y el Conservatorio Superior de Música de Aragón (CSMA) hace posible que los estudiantes "pueden ensayar fuera de horario de culto, es decir, entre las 14.30 y las 17.00 y a partir de las 20.00", explica el deán del Cabildo, Manuel Almor. A cambio, profesores y alumnos tocan en las misas vespertinas del Pilar durante los fines de semana, festivos y vísperas de festivos.


El órgano, que fue adquirido hace dos años, tiene unas dimensiones mastodónticas: 15 metros de ancho y 16 de altura. Por sus 5.391 tubos se mueve el aire que accionan sus cuatro teclados. El Klais está preparado, sobre todo, para repertorio del siglo XIX y XX. La zaragozana Saskia Roures, catedrática del Conservatorio Superior, destaca "la masa sonora que tenemos bajo los dedos cuando tocamos".


Los otros dos centros neurálgicos de las clases de órgano del CSMA son la iglesia de Santa Isabel de Portugal y la de San Pablo, cuyos instrumentos son más adecuados para interpretar repertorio antiguo. "Un buen organista debe ser como un camaleón, adaptarse a lo que le cae entre las manos y explotar todas posibilidades del instrumento. Ir a tocar a varias iglesias según lo que tengas que tocar es una gozada. En los conservatorios más importantes del centro y norte de Europa trabajan así, lo bueno es que nosotros ni nos tenemos que desplazar a otras ciudades porque tenemos todos los órganos en Zaragoza", añade la catedrática.


Roures ha sido una de las impulsoras del proyecto, aunque no la única. José Luis González Uriol intercedió entre ambas instituciones para que el acuerdo llegara a buen puerto. "Cuando estuve en la dirección del CSMA hubo un proyecto de construir un órgano en el auditorio Eduardo del Pueyo, pero por diversos motivos no salió adelante. Ahora, con este convenio, se multiplican las posibilidades de los alumnos y se eleva la calidad de la enseñanza", señala el maestro.


Por ahora son cinco los estudiantes que pueden ensayar en el Klais: dos del Conservatorio Superior, dos aventajados del Profesional y una ex alumna. Elvira Yamalova, de origen ruso, señala lo afortunada que se siente. "En mi país apenas existen órganos en las iglesias, para mí es un lujo poder estudiar en el del Pilar", apunta esta estudiante. Para aprender y descubrir las posibilidades del Klais, el CSMA ofrece entre el 16 y el 18 de marzo una 'master class' que impartirá en la basílica Michel Bouvard, profesor del Conservatorio Superior de París. Sus organizadores prevén que acudan alumnos del extranjero.


Misas vespertinas


El acuerdo fue aprobado por el Cabildo Metropolitano el 11 de noviembre y durante estos dos meses alumnos y profesores han 'actuado' durante las misas vespertinas de los fines de semana, que antes no estaban acompañadas del órgano. "Todavía estamos aprendiendo, yo creo que poco a poco lo vamos haciendo mejor", indica Saskia Roures.


Para el buen funcionamiento de las ofrendas, es imprescindible la coordinación entre los feligreses que cantan, el sacerdote que oficia la misa y el organista. Para tal fin, el Klais tiene al lado de los teclados una pantalla cuya cámara enfoca al altar y con la que el músico sigue las ofrendas. "Estamos lejos y de espaldas a la ceremonia, así que nos viene bien para hacer las entradas", señala Roures.


Juan San Martín, organista titular del órgano del Pilar, resalta los resultados que, a largo plazo, pueden sacar los alumnos. "Les sirve para complementar sus estudios. Al fin y al cabo, lo que hacen aquí es muy práctico, diferente a dar un concierto, ya que tienen que estar atentos al desarrollo de toda la ofrenda. Lo que aprendan les servirá después, sobre todo si quieren buscar trabajo de organista". Mientras, el instrumento de la basílica sonará en todo su esplendor durante las tardes de los fines de semana bajo los dedos de los alumnos del CSMA.