NAVIDAD

El frío y Papá Noel dejaron ayer semivacía la plaza del Pilar

Por primera vez en día festivo desde su inauguración, el belén monumental no registró colas de espera a lo largo de casi todo el día.

Las carrozas de los Reyes Magos siguen atrayendo a los más pequeños de la casa.
El frío y Papá Noel dejaron ayer semivacía la plaza del Pilar
JOSé MIGUEL MARCO

Con un intenso frío barriendo las calles de Zaragoza, con la trasnochada, la comida familiar y la necesidad de los más pequeños de la casa de disfrutar de los regalos de Papá Noel, no es extraño que la plaza del Pilar mostrara ayer un aspecto más desangelado que de costumbre. Incluso muchos establecimientos de souvenirs (y algunos bares y cafeterías) aprovecharon la circunstancia para no abrir sus puertas.

Por primera vez en día festivo desde su inauguración, el belén monumental no registró colas de espera a lo largo de casi todo el día. Otro tanto ocurría en la carpa que custodia las carrozas de los Reyes Magos. "Es el día que han venido menos niños a fotografiarse en ellas, sin duda. Debe ser el frío", aseguraba en la puerta José Ramón Sesé, que se encargaba de facilitar el acceso a los pequeños.

Muchos de los responsables de las casetas lamentaban los efectos del frío combinados con la crisis. Incluso la castañera. "Las Navidades están siendo 'críticas' para todo el mundo, no solo para nosotros -aseguraba Marisa Baltanás-. Pero la verdad es que se está notando mucho. Este año, con dos puestos de castañas, no estamos consiguiendo ni lo que logramos el año pasado con uno".

Mejor opinión tenía el vendedor de cupones Juan Carlos González, que estuvo en la plaza ocho horas, cuatro por la mañana y cuatro por la tarde. "En mi trabajo hace siempre más la hormiga que la cigarra, y hoy no me puedo quejar -confesaba-. A veces, con mucha más gente, le ven menos a uno. Además, antes todo el mundo era mucho más hogareño y salía menos a la calle".

Donde no se podían quejar era en la pista de hielo, que está siendo la auténtica 'sensación' de la plaza durante estas Navidades. "Yo he quedado con una amiga a probar, y la verdad es que está muy bien, aunque hay mucha gente", señalaba Sara, una niña de once años. Y lo corroboraban desde la organización, que ha conseguido ampliar el horario hasta las 22.00. "Hasta ahora han venido más de 9.000 personas individualmente y otras 2.000 en grupos -aseguraba Yolanda Romero-. La verdad es que, viniendo a primera hora de la mañana o de la tarde, se disfruta más".