Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

FAMOSAS

Escritoras de lo divino y lo humano

Tal vez no ganen un premio Cervantes, pero los editores se frotan las manos cuando publican un libro. Algunas famosas plasman en negro sobre blanco sus vivencias, experiencias y consejos, aunque el género que más adeptas gana es la literatura infantil.

Carmen Lomana presenta: 'Los diez mandamientos de la mujer 11'.
Carmen Lomana, la nueva reina del papel couché

No es común verlos en las librerías, pero ahí están, compartiendo estantería junto a autores como Arturo Pérez-Reverte o Soledad Puértolas. Los ejemplares escritos por famosas buscan hacerse un hueco en las librerías. Cantantes, presentadoras, artistas en general... muestran su arte a la hora de desarrollar su vena literaria con más o menos éxito. ¿Pero, de qué escriben? ¿Vale la pena dedicarle, al menos, una mirada rápida a sus libros?


En Estados Unidos no es un fenómeno novedoso y la mayoría de famosas que se decidieron a publicar optaron por cuentos dirigidos a niños. Madonna comenzó, en 2003, una serie de libros infantiles que fue todo un éxito. 'Las rosas inglesas', la primera de estas publicaciones, se tradujo a 30 idiomas y se editó en más de 100 países.


Sarah Ferguson y Gloria Estefan también se adentraron en el género. La cantante cubana se inspiró en su bulldog inglés (sí, su perrita) para dirigirse a los pequeños de la casa. Cuando adquirió el animalito su veterinario le dijo que, debido a la enfermedad que tenía, lo mejor era sacrificarla. Estefan se negó y decidió sacar, en 2005, 'Las mágicas y misteriosas aventuras de una bulldog llamada Noelle', una historia en la que la protagonista perruna supera obstáculos constantemente. El éxito del libro llevó a la cubana a sacar una segunda parte, 'El tesoro de Noelle'. La intérprete aprovechó al máximo su figura pública para promocionar su obra e incluyó, en ambos libros, un cedé con canciones suyas.


¿Por qué la literatura infantil es lo más elegido por las famosas? La respuesta la podemos encontrar en el público objetivo al que se dirigen estas publicaciones: los progenitores de los niños. Los editores saben que nombres como Gloria Estefan o Madonna mueven masas de gente y a muchos padres les resulta atractivo que su pequeño lea lo escrito por su cantante favorita.


En España, no todas las aventuras literarias de las famosas han salido bien y se ha dado más de un caso de plagio. Sonado fue lo del libro 'Sabor a hiel', de Ana Rosa Quintana. Tras vender unos 100.000 ejemplares, trascendió que había párrafos enteros copiados de novelas como 'Álbum de familia', de la norteamericana Danielle Steel, y 'Mujeres de ojos grandes', de Ángeles Mastretta. La presentadora acusó del plagio a "un colaborador cercano" (que resultó ser David Rojo, su ex-cuñado) y retiró la novela del mercado. Sin embargo, Quintana nunca se pudo deshacer del 'sambenito' de plagiadora.


Un caso similar y más reciente fue el de Beatriz Trapote. La reportera de 'Vuélveme loca' sacó este año 'Kamasutra sin límites', en el que la novia de Víctor Janeiro daba consejos sobre sexo. Sin embargo, pocos días después de salir a la venta se descubrió que el 80% del libro estaba plagiado de 'Kamasutra salvaje', de la misma editorial y publicado cinco años antes por una autora cuyo pseudónimo es La Señora X.


Claro que no todo es plagio y cuentos infantiles. Carmen Lomana, por ejemplo, escribió en '10 mandamientos de la mujer 11', una guía de estilo y saber estar en la que da consejos sobre cómo aplicarse un buen maquillaje o qué hacer para tener un buen fondo de armario (además de tener mucho dinero, por supuesto).


La coleccionista de arte hizo en realidad algo similar a Gisselle Blondet, que en 2005 publicó 'Con los pies bien puestos sobre la tierra'. La actriz y presentadora no solo da en este libro trucos de belleza, sino que aconseja sobre cómo ir vestido según la ocasión, qué no decir en una entrevista de trabajo o cómo enfrentarse a una primera cita. Algo similar hizo Teri Hatcher, popular por su papel de Susan Mayer en 'Mujeres desesperadas'. La actriz aconsejó a sus lectoras que no se comieran "la tostada quemada" (que por cierto, es el nombre de la obra), refiriéndose a los continuos esfuerzos de la mujer por sacar una familia adelante, relegando sus aspiraciones profesionales.