LITERATURA

Kenizé Mourad rescata a una rebelde india 'En la ciudad de oro y plata'

Tras su novela 'De parte de la princesa muerta', la escritora vuelve los ojos a la época de la revuelta de los cipayos contra los ingleses.

Kenizé Mourad, fotografiada ayer en Madrid.
Kenizé Mourad rescata a una rebelde india 'En la ciudad de oro y plata'
FERNANDO ALVARADO/EFE

Hazrat Mahal fue una "mujer increíble" que mantuvo "en jaque" a los ingleses durante los dos años que duró la rebelión de los cipayos en la India, según explica la escritora turco-francesa Kenizé Mourad (París, 1940), que la ha convertido en protagonista de su nueva obra, 'En la ciudad de oro y plata' (Espasa).


La autora del libro 'De parte de princesa muerta' ha rescatado del olvido a Mahal en una novela histórica en torno a esta mujer que anticipó en un siglo el camino hacía la independencia de la India, pero de la que apenas existen referencias escritas. Mourad conoció su "fantástica" historia a través de un tataranieto de Mahal, así como por la tradición oral, ya que "todas las familias antiguas de Awadh tienen antepasados que combatieron junto a ella", cuenta.


La novela está ambientada en Lucknow, conocida como "la ciudad de oro y plata" por sus joyas arquitectónicas. Es la capital de Awadh, un pequeño reino que destacaba por la convivencia armónica de diversas etnias y religiones, así como por unas riquezas que actuaron como un imán para la voracidad de la poderosa Compañía de las Indias Orientales, fundada en Inglaterra, que en 1856 impuso un acuerdo de protectorado al soberano de Awadh. Pero su cuarta esposa lideró una insurrección.


Con un estilo literario que ella califica de "claro y bueno", Mourad trata de transmitir "ideas" que piensa "que son importantes" y que "pasan mejor por el corazón". "Hay que dirigirse al corazón y a la inteligencia", dice. Esas ideas, enumera, son "la tolerancia" entre culturas y religiones, la idea "equivocada" de que "las mujeres musulmanas están sometidas" -al contrario, "son muy fuertes", dice- y el enfrentamiento entre el islam "moderado y tolerante" y el extremista, dominado por una "minoría de locos y bandidos".


Otra preocupación de Mourad, hija además de un rajá, es la tendencia de Occidente a querer imponer sus ideas y su moral. "Los británicos descubrieron en 1857 algo que Estados Unidos todavía está aprendiendo: nada radicaliza más a un pueblo ni desestabiliza tanto al islam moderado como una intrusión agresiva", apunta Mourad parafraseando al escritor británico William Dalrymple.


Educada en un orfanato regentado por monjas católicas, de las que guarda "muy buenos recuerdos", Mourad se define como "musulmana de identidad, no de religión", pero cree que "todas las religiones confluyen hacia el mismo punto".