HISTORIA

"Se ofrece verdugo con experiencia"

Los archivos guardan sorpresas, como manuscritos del Greco y licencias para ejercer de mendigo.

Rebuscar en los archivos históricos suele acarrear descubrimientos sorprendentes. Uno de los más recientes son tres documentos autógrafos de El Greco en el Archivo Histórico Provincial de Toledo, que los internautas podrán contemplar en la página web de la Junta de Castilla-La Mancha el próximo año y que están relacionados con el pago de un cuadro, un préstamo y un poder de representación jurídica.


Otro archivo toledano, el Histórico Municipal, ha sacado a la luz documentos que el archivero, Mariano García Ruipérez, califica de "interesantes" por "contenido y belleza plástica".


De agosto de 1793 es una súplica remitida por un tal Juan Bello, bordador de la catedral de Toledo, al corregidor de la ciudad para que ordene el traslado de unas caballerías a otra plaza distinta a la de su domicilio. Bello sufría los efectos de algo parecido al 'botellón': las caballerías "impiden el paso de los vecinos y por más que uno hace no puede conseguir apartarlas de su puerta, sufriendo mil improperios y desvergüenzas", indicaba el hombre en su carta, y se quejaba de la mala educación de los dueños de los animales, que solían ingerir más vino del debido.


De diciembre de 1779 hay un bando municipal que prohíbe fumar en el interior del teatro. El corregidor Pedro León García Jiménez aclara que "no se puede tomar tabaco de hoja ni encender yesca en público ni en secreto antes de empezar la comedia ni durante ella y los intermedios". Quien no hiciera caso se arriesgaba a dar con sus huesos en la cárcel durante 15 días o a cuatro años de destierro en caso de ser reincidente.


El Archivo guarda también documentos sobre oficios que aún sobreviven: los 'ofiziales del fuego' (bomberos del s. XVI), los 'maestros de agua' (socorristas del Tajo, en el XVII) o los mendigos (el Ayuntamiento concedía en el XVIII licencia para pedir limosna).


Pero el documento más llamativo es uno de 1639 con una súplica de un vecino de Salamanca, Domingo Alonso, que solicita desde la Cárcel Real de Toledo una plaza de verdugo "por entender bien dicho oficio y estar ejercitado en él muchos años, donde ejecuté sentencias de muerte, tormentos y otras cosas tocantes a mi oficio".