Tomás Navarro, el trotamundos de Mainar, ha dejado atrás Viena, Praga y Budapest. Ha recorrido en dos semanas unos 5.000 kilómetros desde que cogió el primer autobús de Mainar a Zaragoza, para ir a San Sebastián y de allí a Londres, de donde emprendió la ruta en autobús hacia Sidney.

En su largo periplo por el mundo, ha podido vivir grandes experiencias, como disfrutar en el extranjero del triunfo de la selección española en el Mundial de fútbol, concretamente, en Budapest (Hungría). "Tendríais que haber visto chicos y chicas húngaros con la bandera de España gritando con mas entusiasmo si cabe que los propios españoles. Qué ambientazo. Estas cosas se sienten todavía más cuando se está fuera del país. Debo confesar que hasta me cayeron lágrimas", admite Tomás.

De Budapest, marcharon a Belgrado (Serbia), y de allí, a Sofía (Bulgaria). En Estambul, terminó su recorrido por Europa. "Estoy en un sitio privilegiado, acabo de cenar en la terraza del 'backpacker' donde me hospedo entre la mezquita Azul y Santa Sofia, de cara al Mediterráneo en una tarde-noche de verano sin una nube y con una ligera brisa de nuestro mar", relata Tomás.

"Antes, incluso, de ver el mar ya les he dicho a los colegas que estaba cerca, que olía a lumbre, a sardinas asadas a sal... Paramos en un chiringuito de comida, donde había unas 15 personas que, al preguntar como de costumbre de dónde era yo, se han levantado todos y me han dado la mano con una alegría que parecía que habían ganado la copa ellos", cuenta sorprendido Tomás. Será que la 'resaca' del Mundial todavía persiste.