Más de 160.000 vatios de potencia en una sola carpa. Veinte generadores para las luces de cinco escenarios. Arena, cuarenta grados, veinte horas, quién sabe cuántas almas, Pendulum, Busta Rhymes, Laurent Garnier, Ben Sims. Todo esto nos espera. A las 17.00 de hoy, se enciende el Monegros Desert Festival.

Ayer se realizó el último ensayo general y las puertas se abrirán por decimosexta vez en el desierto oscense, que se llenará de techno, minimal, drum & bass, dubstep y hip hop. Cinco escenarios estarán activos hasta mañana a las 13.00, esta vez con "una nueva distribución, con más pasillos y menos explanadas. Parecerá más pequeño, aunque no lo será", explicó Juan Arnau, promotor del festival.

La organización ha habilitado autobuses desde varias ciudades españolas, aunque la crisis, afirmaron las empresas que gestionan las rutas, ha hecho que las ventas disminuyan: desde Zaragoza saldrán solo seis vehículos, unos cuatro menos que en ediciones anteriores, aunque hasta las 12.00 de hoy todavía se podrán reservar plazas desde las ciudades aragonesas (a través de monegrosfestival.com.)

De Madrid partirán apenas 9 vehículos, cuando otros años se han llenado hasta 25. De todas formas, Arnau espera que unas 35.000 personas acudan a la 'furia del desierto'. La mayoría jóvenes entre 18 y 25 años, de los que un 30% serán extranjeros. La entrada cuesta 70 euros, 120 si el pase es VIP.

Todos los que acudan dispondrán de tres depósitos con 40.000 litros de agua, para beber y para refrescarse. También se servirán 45.000 litros de cerveza, "sobre todo para los que vienen de fuera, a los nacionales les gustan más los combinados", señaló el promotor del festival de Monegros.

Los clásicos vuelven

El dúo belga 2Manydjs, el tecno-rock de The Bloody Beetroots Death Crew 77, el hip hop de La Mala y clásicos del festival como Óscar Mulero, Luciano y Cristian Varela son otros de los artistas que harán que vibre hasta el polvo.

Y música aparte, Aranau destacó la seguridad que siempre ha reinado en el evento. Informó que este año el desierto estará custodiado por unos 400 efectivos. "Contaremos con agentes de Tráfico, dos helicópteros y con un centro operativo de Protección Civil", aseguró Arnau, quien recordó que todo este despliegue no sirve de nada sin la colaboración de los asistentes: "Es una experiencia que merece la pena ser contada, y para eso hay que volver a casa. Es mejor esperar en el parquin y no conducir si se ha bebido".