LOVE OF LESBIAN

"Sabemos que importan más las canciones que nuestros egos"

La banda barcelonesa anda en un año de omnipresencia y aplauso unánime. Esta noche actuará en Ranillas junto a Punsetes y Velouria.

Los catalanes Love of Lesbian estarán esta noche en el anfiteatro de Ranillas.
"Sabemos que importan más las canciones que nuestros egos"
HERALDO

Love of Lesbian es el actual arroz blanco de la música española. Están en todas partes: hace unos días, capeando la lluvia en el novedoso Vinilove turolense, por ejemplo. Para los programadores, además, son como el color negro: pegan con todo. Esta noche comparten tablas en el anfiteatro Ranillas con los Punsetes y la banda local Velouria, dentro de la programación de los Festivales del Ebro. Doce años de andadura contemplan a estos barceloneses que, además de facturar canciones que dejan al personal perplejo, se toman la vida con un humor inequívocamente británico.


"Es culpa de los Monty Python, y de series con 'Black Adder' o la fabulosa 'Caída y auge de Reginald Perrin', que en su día puso Televisión Española. A 'Little Britain' me voy a enganchar la semana que viene, en el bus de la gira: el técnico de sonido la tiene entera". Santi Balmes compone y canta en la banda desde el principio: un catalán que ama la retranca. Se nota en sus letras, ahora más comprensibles para el común de los mortales en la Península Ibérica, todavía muy pez con la lengua de Shakespeare, que antes monopolizaba los discos de Love of Lesbian. Hace un tiempo que ya no; y a pesar de la filia anglo que profesa Balmes en el terreno del humor, no es una paradoja. "Siguen pidiendo las canciones viejas, pero lo que nos apetece es revisar los temas en inglés y reinterpretarlos, ya sea en castellano o catalán: lo haremos. Al inglés ya no: cuando tocamos temas de esa época notamos un muro comunicativo, y nos sentimos disfrazados. Que no renegamos de aquello, pero ya quedó atrás".


Santi es amante de las versiones, otra de las jugadas que, con mesura pero sin ambages, prodiga su banda en los directos: el 'Tainted Love' de Soft Cell, 'Boys Don't cry' de The Cure o 'Por qué te vas', de Jeannette, entre otras. "Tienen un problema, y más ahora que se acercan épocas de festivales, con tiempo y repertorio limitado: las opciones de sorprender con cosas que no sean nuestras se reducen, no se puede desperdiciar tiempo de escenario. Si tenemos más de hora y media, es otra cosa, alguna cae, pero por suerte el público que viene a vernos prefiere nuestros temas. Es buena señal, ¿no? Al versionar nunca se supera la original, y yo soy un poco capullo en lo de ser competitivo. Mi favorita es '1979' de los Smashing Pumpkins, me gustó el giro que le dimos".


El músico catalán confiesa un gusto rayano en lo enfermizo por sorprender. Y revela el truco de convivencia en Love of Lesbian: disciplina interna basada en el respeto. "Aparte de intentar darlo todo en los conciertos, se trata de no hacer siempre lo mismo: buscamos la emoción, el humor... que sea un espectáculo. En cuanto al día a día, cada uno sabe dónde está. Cuando han llegado los problemas, hemos hablado: se han afrontado de cara. Tenemos muy claro que importan más las canciones que nuestros egos. De hecho, las canciones tienen un ego descomunal. Además, nos cuidamos de hacer más fiesta en el escenario que en el camerino, aunque suene a axioma de equipo de fútbol. Es respeto al público y respeto entre nosotros. No se puede salir puesto hasta el culo a tocar, y perjudicar a los demás".


La raíz de las desopilantes letras del grupo está, según Balmes, en la biografía de quien las escribe. "En mi caso fui un chaval extrovertido, un pequeño líder, y como suele pasar en estos casos, un día te retraes: de pronto, estás cerrado en ti mismo. Mi válvula de escape fue y todavía es la escritura, y la música. La vida te va dando palos, y con esto he hallado mi equilibrio. Soy menos frío de lo que parezco, pero me temo que algo de doble personalidad sí hay. Y lo que te decía antes, en Barcelona, aparte de nuestro catastrofismo nato, el humor inglés se mama desde pequeño. Más que con la carcajada, disfruto de un 'jeje' pequeño y diez segundos asimilando el gag. Me gusta que me hagan pensar".


El estilo de grupo ha recibido la más críptica de las definiciones en los foros de internet: dadaísmo sobre raíles. "¿Qué me dices? No me imagino ese concepto... bueno, a ver, lo de dadaísmo no molesta para nada, pero la segunda me la van a tener que explicar", apunta Balmes con un 'jeje' pequeño, y unos segundos de reflexión, antes de los títulos de crédito y un fundido a negro.