El último Premio Nacional de Fotografía de España, Gervasio Sánchez, amigo personal y profundo admirador del fallecido escritor José Saramago, ha destacado del autor su empatía con las víctimas: "sentía y sufría como las personas que sufrían en el mundo, y esto es muy raro en los escritores".

Sánchez, a quien Saramago dedicó en múltiples ocasiones palabras de agradecimiento por sus fotografías de denuncia sobre los horrores de la guerra, ha explicado que, al volver de Sevilla alguien le comunicó "fríamente" la muerte del escritor.

"Hace muchos años que le admiro, incluso tengo obras suyas de los años 70 que apenas se han leído en España. Era un intelectual increíble que, a través de su literatura, contaba las cosas de otra manera", ha considerado.

"Me maravillaba su empatía con las víctimas: sentía y sufría como las personas que sufrían en el mundo, y esto es muy raro en los escritores", ha señalado el también Premio Ortega y Gasset de Fotografía y Premio Internacional de Periodismo Rey de España 2009.

Sánchez también ha considerado, en ese sentido, que "son muy pocos los escritores que tiran de lo importante; sus posturas suelen ir por otro lugar, más interesados por participar en cosas mediáticas".

En su caso se interesó, dice Sánchez, y recuerda con emoción que Saramago le escribió el prólogo de 'La Caravana de la Muerte. Las víctimas de Pinochet' (2001), sobre los desaparecidos de la dictadura de Chile, un prólogo -afirma- "que es impresionante".

En ese texto "se nota que sentía el dolor ajeno, era un prólogo escrito sobre el dolor con dolor: él no escribía pamplinas y tenía un sentimiento solidario y una gran fortaleza y convicciones morales".

"Me tenía cariño, tanto él como su mujer, Pilar, y siempre me ha sorprendido que expresara su admiración por mi trabajo, que viniendo de quien viene, es un honor", ha dicho el artista con melancolía.

De hecho, con motivo de la publicación de su libro sobre Sarajevo, Saramago escribió un comentario que fue muy difundido por internet, en el que el Premio Nobel de Literatura le agradecía a Sánchez haberle "permitido ver con sus ojos".

"Y le agradezco también -agregaba el escritor- la lealtad personal y profesional que lo condujo a escribir que la guerra no se puede contar. Para que no tengamos ilusiones, nosotros los que escribimos".