FERIA DEL LIBRO

Los libreros se replantean el modelo de feria ante la caída de las ventas cerca de un 15%

Los representantes del gremio se reunieron con Jerónimo Blasco para intentar evitar la coincidencia con el Mercado Medieval.

La Feria del Libro de Zaragoza traerá cambios el año que viene sin perder su identidad y sin dejar de ser esa especie de microcosmos en el que se reúnen los implicados en el sector editorial y se forjan lazos con los lectores. Aunque todavía no se puede avanzar hacia dónde se quiere enfocar el nuevo modelo de certamen, el presidente de la Comisión Permanente del Libro (Copeli), Paco Pons, sí anuncia que para la primera quincena de julio se quiere convocar a todo el sector para plantear y debatir propuestas de cara a la cita de 2011.


Ya se han empezado a mover fichas. Una delegación de las librerías, integrada por Paco Pons; Juan Bolea, coordinador de las actividades; Ángel Gálvez, secretario de Copeli y la librera Eva Cosculluela, se reunió ayer con el consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco. El balance de este año arroja una caída de las ventas del 15%, pero también en Madrid han bajado un 10%.


Ante el problema de la coincidencia durante un fin de semana con el Mercado Medieval, Paco Pons apuntó que Jerónimo Blasco mostró su disposición a "coordinar" con la concejalía correspondiente las propuestas que se le presenten, incluido un cambio de fechas, para evitar esta competencia.


El presidente de Copeli, que asumió este cargo a finales del pasado mes de noviembre, prefirió no adelantar acontecimientos hasta que se haya oído y consultado a todos los implicados. Sí adelantó que hay ideas que se han lanzado que, a título personal y le parecen inviables, como cerrar el paseo de la Independencia al tráfico rodado y colocar todas las casetas en una línea seguida, sin separación entre ellas, lo que incumpliría las medidas de seguridad. Sí se mostró satisfecho de la aceptación de la carpa, por la que en los diez días se calcula que han pasado unas 5.000 personas, y por la incorporación esta última edición de unas actividades para el público infantil y juvenil que se van a potenciar.


Una de las ideas que más se ha escuchado es recortar el número de días y reducir el salón a siete jornadas, incluyendo un fin de semana en lugar de dos. Hay quien también justifica que el esfuerzo económico y de montaje que se realiza se debe amortizar al máximo. Las tarifas por un puesto, que oscilan entre los 350 y los 1.000 euros, es otra de las cuestiones a tratar.


Un olvido sospechoso


Aunque consolidado, el salón zaragozano no parece tener eco nacional. Para la revista profesional del sector 'Delibros' no parece existir y no la cita en el artículo que dedica a las ferias en el número de junio. En el mismo aparecen un buen puñado de certámenes, como los de Madrid, Gijón, Barcelona, Valladolid, Valencia, Alicante, Sevilla, Málaga, Huelva, Granada, Cádiz, Cáceres, Cuenca, León, Durango... ¿Y Zaragoza?