TEATRO

Dos viejos amigos repasan sus vidas en Arbolé

Rafael Campos y Francisco Ortega estrenan hoy (21.00) la obra teatral 'El uno y el otro'.

El ensayo de ayer.
Dos viejos amigos repasan sus vidas en Arbolé

Un espacio abstracto, una habitación anclada en el tiempo (el despertador que preside el escenario está parado), con toques bohemios, desde instrumentos musicales, a maletas aviejadas, un juego de dardos y hasta un cabezudo. En él repasan su trayectoria vital dos amigos, dos hombres vinculados al teatro que llevan años sin subirse a un escenario y nunca han actuado juntos, Rafael Campos y Francisco Ortega. Campos es además el autor del texto de 'El uno y el otro', el montaje que hoy estrena el Teatro Arbolé de Zaragoza (21.00) y que, bajo la dirección de Joan Ollé, se representará hasta el domingo.

Francisco Ortega la define como "una crónica a los 50, una edad que hemos cumplido sin perder las mejores ilusiones de la vida y en la que nos atrevemos a seguir siendo felices".

Una mirada al pasado que no cae en el cinismo ni en la amargura y que nace de la amistad con mayúsculas. "Es una comedia hecha de palabras y de materiales de derribo de lo que hemos leído. Hay un deseo de desdramatizar esos tótem que hemos encumbrado en algunos momentos", dice sobre ella su autor. "Se trata de recuperar la normalidad de las cosas, eliminando las exageraciones, los narcisismos...", continúa Campos, casi como en esas ceremonias en las que se queman los libros.

Joan Ollé lo califica de un "teatro del absurdo", en el que hay una "enorme humanidad" y él se ha limitado "a ser el abogado defensor del público, porque las palabras son tan bellas que me he cuidado de que se mantengan así". Todos tuvieron ayer un recuerdo para Miguel Garrido, con el que en un principio empezaron a hablar de montar 'Esperando a Godot', pero que falleció en 2008. Y alabaron la "valentía" de Arbolé por embarcarse en el proyecto.

Campos es el Uno y Paco Ortega el Otro, pero podrían intercambiarse los papeles. "Somos un ensayo de la muerte pero sin la engorrosa escatología de la muerte", recita Ortega. "Estamos aquí esperando, últimamente solo esperando... Y no debemos decir nada trascendente, nada de retóricas, son obscenas", replica Campos.