JEAN-MICHEL THIBAUX, ESCRITOR

"La globalización nos convierte en seres sin alma y desechables"

El autor de 'El misterio del Priorato de Sión' acaba de ganar el Premio de Honor de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza.

Jean-Michel Thibaux.
"La globalización nos convierte en seres sin alma y desechables"
HERALDO

De artificiero de la Marina francesa a escritor de novela histórica, ¿cómo se produce este salto tan atípico?

La pasión por la escritura nació de mi apetito de lectura. Comencé a leer novelas cuando tenía diez años. Me gusta pensar que fue un deseo inconsciente de cultivarme en honor a mi madre y mi abuela, dos pastoras corsas analfabetas que vinieron a vivir a Francia antes de la Segunda Guerra Mundial. La fiebre de la escritura fue repentina. Un 1 de abril de 1978, a las ocho de la mañana, tomé la decisión de contar la historia de 'Almas ardientes'. Fue mi primera novela, en 1983, y me dio la oportunidad de salir del Ejército.

La Provenza y sus tradiciones están presentes en sus obras, ¿responde a un deseo de recuperar sus orígenes?

Ahora más que nunca es necesario perpetuar la memoria de nuestros antepasados. Por eso siempre hago un llamamiento a todos los escritores para que defiendan las tradiciones europeas y luchen contra esa globalización que tiende a homogeneizar las culturas y nos convierte en seres sin alma y números intercambiables, exportables y desechables. Si miramos la historia, encontraremos el orgullo de nuestros padres para afrontar los desafíos actuales. Es una divagación, no tengo la intención de hacer política. Veo el crepúsculo de mi vida y me siento tentado a creer que un amanecer radiante se levantará para nuestros hijos.

¿De dónde procede su interés por la brujería?

Fui criado por dos mujeres corsas que practicaban la magia y de niño escuchaba a mi madre realizar sortilegios. Me casé con una chica de Signes, localidad francesa famosa por sus brujas. De aquí mi interés por lo sobrenatural, las fuerzas ocultas y las sociedades secretas.

Tiene intención de venir a Zaragoza, ¿conoce la capital aragonesa?

He realizado una docena de viajes a España desde 1971 (cuando estuve durante mi luna de miel) y en dos ocasiones pasé unos días en Zaragoza.

¿Podemos encontrar personajes españoles en sus libros?

La historia española me fascina. Estuve tentado de escribir una saga que se desarrollaba en los reinados de Carlos V y Felipe II y, aún más, me planteé una epopeya caballeresca durante la Reconquista. Sin embargo, hasta ahora, he publicado una sola novela 'La última profecía' (2008), en la que una heroína española, la hermana Inés, es una espía al servicio de los jesuitas. Varios capítulos de este libro, sin publicar en español, discurren en Oviedo, Barcelona y otros lugares del país. También tengo una idea para una novela ('Las tres iglesias del Apocalipsis'), cuyos héroes serán un monje francés y un guerrero español durante las Cruzadas.

Acaba de publicar en Francia 'La maldición de Ankou', ambientada en la I Guerra Mundial. ¿De dónde surge la idea de esta novela?

Surgió de un encuentro con el escritor Jean Pierre Paumier, que comparte conmigo la pasión por los barcos y el mar. Yo quería escribir sobre la Bretaña en esta contienda, pero no tenía suficiente 'cultura bretona' para atreverme a ello. Entre ambos hemos podido llevar a cabo mi sueño, una especie de 'Guerra y paz' de Tolstoi, que nos sumerge en la Bretaña de los druidas y las brujas hasta que la gripe española marca el final de la guerra. Es una novela dura y densa que gira alrededor de una gran historia de amor y la caza de un tesoro en la que participa el abad Bérenger Saunière (personaje de 'El misterio del Priorato de Sión').

Es usted un escritor prolífico ¿qué otras aventuras literarias lleva ya entre manos?

En agosto espero publicar una nuevo título, 'El tesoro de Nore', que relata la historia de un aventurero que descubre el mítico tesoro de los Nibelungos (el oro del Rin, el oro borgoñés) en Saboya. Está inspirada en hechos reales que he investigado en colaboración con Martine Alix Coppier.

Un dato llamativo en su biografía es que tiene la nacionalidad turca. ¿Cómo se explica esta vinculación tan especial?

Tuve la suerte de ser reconocido como un escritor de éxito en Turquía en el año 2000 y durante mi gira por las principales ciudades del país hice campaña a favor de estrechar lazos con Armenia y trataba de explicarles que no tenían ningún interés en entrar en Europa. Hice todo lo posible para convencerles de crear una gran Turquía que reagrupara los países con un origen y una cultura comunes. Esta unión podría actuar como una zona de amortiguamiento y de intercambio entre China, India y Europa, favoreciendo el equilibrio económico y político. Por desgracia, me temo que Turquía se verá tentada por una arriesgada aventura en Oriente Medio, uniéndose a las filas de los islamistas puros y duros. Por mi actuación en esta parte del mundo recibí honoríficamente la nacionalidad turca bajo el nombre de Atakan Türke, que significa 'El hombre fuerte que ataca'.