LIBROS

Fernando Marías y María Tena escriben del deseo y de los fantasmas del pasado

Los escritores presentaron ayer en Zaragoza las novelas ganadoras del Premio Primavera.

Fernando Marías y María Tena, ayer en La Scala, antes de firmar en Ámbito Cultural.
Fernando Marías y María Tena escriben del deseo y de los fantasmas del pasado
CARLOS MONCíN

El pasado que regresa, en forma de fantasma o de personaje misterioso, y la presencia de poderosas mujeres son dos de los temas que caracterizan a las novelas ganadora y finalista del Premio Primavera de Espasa: 'Todo el amor y casi toda la muerte', de Fernando Marías (Bilbao, 1958), y 'La fragilidad de las panteras', de María Tena (Madrid, 1953). La obra de Marías es una novela decimonónica y policíaca, psicológica y tenebrista; la de Tena es un relato de familia, la historia de los secretos de tres hermanas, disparejas y semejantes a la vez, y la de su madre, que se alza como un ser decisivo.

El amor, el sexo, el acantilado

Fernando Marías empezó la década ganando el Nadal y la cierra con uno de los premios más codiciados de las letras españolas. "Esta novela nació cuando yo me fui a una suite de un hotel en Punta Cana, en 2005, a vivir una historia de amor apasionado, y al entrar tuve la sensación de que había estado allí antes con otros dos amores, con otras dos mujeres, que de pronto cobraron el aspecto de fantasmas. Me ocurrió algo muy extraño: sentía un enorme deseo sexual hacia aquellas mujeres del pasado y una impotencia real hacia mi compañera. Era para volverse loco, y casi enloquezco".

Aquella experiencia, que exigió incluso tratamiento psicoanalítico, fue cristalizando en una novela protagonizada por dos hombres, "complementarios y a la vez antagonistas: Juan Sebastián, un hombre corriente al que la vida no le da grandes emociones, y Gabriel Ortueño Gil, un poeta que acaba de escribir un libro, 'Todo el amor y toda la muerte', un vate itinerante". Marías engarza las dos historias, que cuentan también con dos importantes presencias femeninas: Vera, la 'femme fatale' que se ha esfumado misteriosamente años atrás y deja una huella constante, tan peligrosa como espectral, "el amor ideal" y obsesivo de Sebastián; y Leonor, la mujer de carne y hueso, casada con un indiano, "nada sumisa, independiente a su modo", que enamora al poeta. "Esta es una novela ultraterrenal, negra, sexual y terrible" en la que conviven varios géneros, una narración en dos tiempos, cargada de evocación, en torno al deseo, que propone además "una de las aventuras más fascinantes que conozco: la búsqueda de la comunicación extrema con una mujer", agrega.

El escritor, entre otros espacios, ha elegido uno cargado de reminiscencias y de romanticismo: "ese acantilado brutal, que es un peligro y un tópico para un escritor, en la línea de Poe, de Stevenson, etc. La novela propone un regreso al pasado bordeando un acantilado" real y alegórico, que también tiene mucho que ver con los espacios nativos del autor: "Mi mar, el que me asusta y me conmueve, es el Cantábrico".

Secretos de familia

María Tena tiene una curiosa vinculación con Zaragoza. Es sobrina de Fernando y José García Mercadal, el arquitecto racionalista del Rincón de Goya y el periodista, editor y escritor. "He vivido en mi casa ese ambiente intelectual. Ellos venían mucho por casa, tenían un gran cariño por mi madre, Pilar García Noreña, traductora, poeta y autora de la letra de 'Montañas nevadas' (1945), a la que le puso música Enrique Franco. Mi tío José nos hablaba con pasión de libros y de autores; Fernando contaba muchas cosas de Le Corbussier, de su trabajo. Era un clima muy especial".

María Tena, que ha sido directora del Centro del Libro, dice: "La familia es un laboratorio de grandes pasiones. Se percibe en los hijos, en las parejas, en las relaciones, en los celos, y yo quería hablar de todo eso a través de un relato de tres hermanas, que son frágiles y 'panteras' a la vez, que se encuentran con un personaje misterioso, Iñaki, que viene del pasado. La novela está contada desde el punto de cada una, a veces se superponen dos voces, y avanza de modo cronológico. Una y otra vez irrumpe la infancia y otros temas fundamentales: el amor, el deseo femenino", dice.

Comisaria de España de la Exposición de Shanghái, está muy ilusionada con el proyecto: "Hemos hecho un edificio en forma de tigre, que es un intento de dialogar con una cultura milenaria y distinta a la nuestra. La cultura es una de las mejores inversiones de futuro y modernidad que se pueden hacer", concluye María Tena.