DANZA

Mecánica ondulatoria con espíritu brasileño

La compañía aragonesa LaMov prepara un nuevo espectáculo titulado 'Payasos divinos', con coreografías de Henrique Rodovalho y Víctor Jiménez.

Víctor Jiménez y Elena Tomás, en un ensayo de 'Como el viento', de Henrique Rodovalho.
Mecánica ondulatoria con espíritu brasileño
oliver duch

Una música blandamente electrónica llena la atmósfera. Sobre ella, dulce y acuática, la voz de la cantante Cibelle deja caer palabras en portugués, goteo de lluvia en un mar que sisea. Cuatro bailarines enlazan una sucesión de movimientos sinuosos y precisos, ondulantes y mecánicos, en un fluir como de corriente de agua que salta y se amolda a un terreno accidentado. "Esto es un ejercicio de matemáticas", suspira sudoroso Víctor Jiménez, bailarín y director de la compañía LaMov, que como los demás trata de interiorizar la coreografía del brasileño Henrique Rodovalho.

 

Rodovalho está en Zaragoza como coreógrafo invitado por LaMov, para la que ha creado la pieza 'Como el viento', que exige un tremendo esfuerzo a los bailarines y produce un efecto contradictorio en el espectador: estimula y relaja. Una sensación deliciosa e hipnótica.

 

"La pieza no tiene una historia ni unos personajes", explica Rodovalho, "la dinámica es como la del viento, a veces es un movimiento más continuo y a veces más cortante, seco". El coreógrafo -que ha trabajado para compañías tan prestigiosas como el Nederlands Dans Theater- aclara que, para él, lo importante no es la precisión de los ademanes aislados, ni las poses. "Lo importante es cómo el bailarín usa su cuerpo para ir creando su espacio, el trayecto que describe. Igual que cuando te tiras en paracaídas lo importante no es el momento de tocar suelo, sino disfrutar del recorrido en el aire".

 

"Esto no es una coreografía"

Víctor Jiménez, como sus compañeros de LaMov, viene de una formación clásica y ha interpretado grandes ballets clásicos en compañías como la Ópera de Lyon o los ballets de Ullate y Béjart. A pesar de tener ya experiencia en danza contemporánea, dice que adaptarse a las exigencias de Rodovalho cuesta.

 

"Nosotros somos clásicos, estamos acostumbrados a posiciones y movimientos lineales, a tener que 'llegar a tiempo'. Pero eso a él no le interesa. Nos dice: 'Esto no es una coreografía, es una danza'. Yo tenía un poco de miedo al principio", confiesa. Pese a todo, asegura en tono distendido que "el rollo brasileño mola mogollón".

 

Él mismo es el autor de las otras dos coreografías que, junto a 'Como el viento', formarán parte del espectáculo 'Payasos divinos', que LaMov estrenará el 13 de marzo en el Teatro Miguel Fleta de Utebo y llevará luego a Teatro Arbolé y el Teatro Principal de Zaragoza.

 

En 'Payasos divinos' usará lenguaje neoclásico y una "música muy bestia, el cuarteto 'Grosse fugue' de Beethoven, en el que el sonido está como muy distorsionado". Su idea tiene aire expresionista, con bailarines vestidos y maquillados como payasos clásicos, pintura que habrá de "derretirse" durante la danza, porque pretende hablar de la dualidad que vivimos, de la máscara y lo que hay detrás.

 

La tercera pieza, aún sin título, se está gestando y pondrá en escena a cuatro bailarinas de distintos países, evocando con las melodías y con su danza lugares lejanos. "Será hacer un pequeño viaje a través de ellas", precisa el coreógrafo.

 

"Aunque empezamos en 2008 y ya llevamos un camino hecho, siento que estamos empezando", dice Jiménez, contento de que al apoyo de la productora Arciel se hayan sumado los del Ayuntamiento de Zaragoza y la DGA.